Jurgüen Klopp aún anda lejos de dar con la tecla del Liverpool, el juego es pobre y los últimos resultados no son para echar cohetes, pero el técnico alemán quiso ponerse a la grada en el bolsillo transmitiendo la importancia de como se produjo la victoria
Importantes tres puntos se jugaban el domingo en Anfield, si el Liverpool derrotaba al WBA daría un importante salto en la tabla y se pondría ya arriba más cerca que en toda la temporada de los equipos punteros de la Premier League. Pero el partido no tuvo el desenlace esperado ni mucho menos, el Liverpool se encontró contra un aguerrido equipo que lucho con uñas y dientes. A pesar de que los ‘reds’ se adelantaron en el marcador los de Pulis acabaron remontando, al final en el largo descuento que se vivió en Liverpool los hombres Klopp salvaron los muebles con mucha fortuna.
Hasta aquí parece un partido normal, muy de la era Rodgers, pero que el Liverpool deje escapar puntos tampoco acaba de sorprender, más si contamos que venía de hacer un mal partido frente al Newcastle donde las sensaciones fueron muy negativas. Lo más llamativo del empate fue la reacción del entrador local, Jürge Klopp. Nada más oírse el pitido final que certificaba el empate se vio al manager celebrando el resultado como si de una gran victoria se tratara, ensalzando el resultado e incitando a la grada a celebrarlo con él.
Tras la celebración individual del técnico alemán vino el saludo de todo el equipo a la grada, todos juntos en un fondo, esta imagen era muy típica en el estadio del BVB cuando éste era entrenador en su anterior etapa.
Las reacciones de lo visto en Anfield no tardaron en llegar, la gran parte de ellas hablaban de la sorprendente reacción de Klopp, ¿realmente era bueno el resultado? Si miramos la previa del partido, el Liverpool es superior al West Brom en muchos aspectos más el factor campo deberían haber sido suficientes para que los tres punto se quedaran en casa. Aunque visto el partido la sensación es bien distinta, la fortaleza defensiva y sobretodo la pizarra de Pulis fue muy superior a sus rivales, un arma que no supieron parar. Contando que en el minuto noventa de juego el resultado era adverso acabar salvando al menos el empate a dos no es un mal resultado ni mucho menos.
¿Pero salvar los muebles en el último momento era para tal celebración? A priori, la respuesta es no. No hubo juego además que en las jugadas a balón parado el Liverpool fue superado. También los ‘reds’ gozaron de acciones ofensivas que pudieron haber a acabado en gol, pero ni de cerca vimos la mejor cara de este equipo.
Tras las declaraciones del alemán en la rueda de prensa posterior al partido se puede llegar a entender el porqué de su celebración. Primero de todo Klopp agradeció el apoyo de la grada, que como es habitual en Anfield apoyo incondicionalmente a su equipo, y que es posible que su efusividad en la celebración se transmitiera a la grada.
El manager de ‘The Kop’ tiene claro que será una temporada muy difícil y que el club debe tener paciencia y un paso importante es ganarse a una grada tan prestigiosa y exigente como la de Anfield. Ayer dio un paso en falso en cuanto a resultado pero también dio un paso adelante en cuanto a crear un vinculo especial y que a la larga puede ser fundamental para que su estadio sea un verdadero fortín.
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