El Wigan de Will Grigg desciende a League One después de un desastroso año en la Championship donde solo han ganado 10 encuentros de 46. Un equipo que ascendió la pasada campaña de la tercera división inglesa y que regresa después de una decepcionante campaña, viviendo en un continuo balancín las últimas temporadas.
Todo empezó en Junio de 2016. El mundo del fútbol miraba a Francia donde se iba a disputar la Eurocopa de naciones con una ampliación de participantes y con las llamadas selecciones “débiles”. La Eurocopa, como bien sabéis, fue para Portugal que venció en la final a Francia con un gol de Eder en el tiempo de prolongación. Dejando al margen la decepción de Inglaterra, España o Alemania, esta Eurocopa será recordada por un cántico sonó por encima de todo: “Will Grigg’s on fire, you defence is terrified”. En honor al delantero del Wigan, Will Grigg, la hinchada de Irlanda del Norte copió el cantico de la afición inglesa para animar a su jugador convirtiéndose en uno de los “himnos” del torneo.
Pero para que Will Grigg estuviera “on fire”, primero tuvo que anotar 28 goles en la temporada sirviéndole así al Wigan, para conseguir el ascenso a la Championship. Una temporada redonda para los de Gary Caldwell que les sirvió para regresar a la segunda división inglesa después de que en 2014, descendieran. Tras el éxito que tuvo el joven delantero en la Eurocopa, a pesar de ser suplente y no disputar ni un solo minuto, esta campaña se esperaba mucho de él en Wigan pero ha pasado desapercibido en todo el campeonato donde solo ha anotado cinco tantos siendo el último en Enero. Este hecho más las carencias de la plantilla han provocado que un histórico como el Wigan descienda por segunda vez en tres años a League One, dejando entre ver el paupérrimo proyecto de la directiva.
El mundo del fútbol está cambiando. Eso lo podemos saber y se puede comprobar en los últimos años con machadas como la del Leicester en la pasada Premier League o esta temporada con el Leipzig o Mónaco en sus respectivas ligas. Un cambio que no está sentando bien a muchos clubes tradicionales y que está acabando con esos clubes que luchan por no desaparecer en algunos casos. En Inglaterra, clásicos del fútbol como son el Newcastle, Bolton o Blackburn Rovers han probado el gusto más amargo del fútbol al descender evaporando la ilusión de la hinchada y trayendo problemas futbolísticos y económicos al club.
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