Sencillo trámite para los de Londres que hicieron valer su ventaja de 0-3 en la ida ante un Fenerbache que no se puede decir que no lo intentó, aunque eso no fue suficiente
Media entrada en el Emirates Stadium en una hora que no acaba de gustar salvo para ciertas ocasiones especiales, no siendo esta una de ellas. Wenger quiso regalar a los que se acercaron al estadio una alineación donde figuraban más habituales que suplentes. El Fenerbache salía arriesgando con toda su línea de ataque y con sólo Zlatinski como medio defensivo para intentar obrar el milagro.
Desde el minuto uno las ganas estaban con los turcos y la tranquilidad con los locales manejados por un gran Ramsey que se erigió como héroe del partido. Comenzó la presión visitante y llegó la primera clara ocasión para Meireles, que se quedó solo en el área pequeña ante Szczesny y no pudo colarla por su palo derecho ante la buena colocación del portero Gunner. Minutos después, Sahin disparó un misil desde cuarenta metros que se desvió por poco de la meta local y que hubiese supuesto el gol de la noche.
El Arsenal no se puso en ningún momento nervioso y gracias a la calidad de su centro del campo, pudo poco a poco ir acomodando el partido a su gusto con la tranquilidad que le otorgaba el resultado. Cuando los turcos empezaban a bajar los brazos una buena dejada de Walcott en el área acompañando una bonita jugada de contragolpe hizo que Ramsey batiera a Demirel a placer. Si ya el partido era un mero trámite, esto lo hacía aún más.
El Fenerbache lo seguía intentando con más corazón que fútbol pero se ahogaba ante un centro del campo del Arsenal que tocaba a placer con las triangulaciones de Wilshere, Cazorla y Ramsey. Fue en una de estas cuando metieron colocaron un pase en profundidad que dejó en una jugada similar a la ocurrida con Meireles al inicio de la primera mitad, con Giroud de protagonista y con idéntico desenlace. Demirel cubrió bien su palo y se estrelló el balón contra su pecho.
Cuando agonizaba la primera parte, el holandés ex del Liverpool Kuyt, metió un pase en profundidad para Emenike que corrió por la banda izquierda quedándose sólo ante Szczesny y disparando a bocajarro por su palo derecho ante que lo que el portero tuvo que encomendarse a la madera que repelió el balón con dureza. Con esta jugada acabó la primera parte y las opciones del equipo turco.
La segunda parte siguió con el trámite y en los primeros minutos lo único destacable fue la irrupción de Webó y Sanogo por Giroud y Kuyt respectivamente con una posible lesión de Podolski que fue sustituido por Gibbs. La calma la destrozó Söw en el minuto 61 con un duro zurdazo de lejos que se marchó rozandodel travesaño. El partido simplemente siguió su curso cuando un buen pase de Gibbs dejó de nuevo a Ramsey sólo para que marcara a placer y pintara el definitivo parcial de 5-0 y el billete conseguido para la Champions.
Objetivo conseguido y nueva oportunidad para que las eternas promesas puedan volver a dar un golpe encima de la mesa en la élite europea.
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