Gran partido de los gunners, que mantuvieron un gran rítmo de ataque hasta finales del partido. El Tottenham reaccionó tarde y a punto estuvo de empatar en el descuento por mediación de Walker. Debutó Lamela tras su salida de la Roma.
El derby del norte de Londrés nunca deja indiferente a nadie. Hoy se pudo ver a dos equipos muy opuestos en cuanto a estilo de juego y sobre todo en cuanto a la política de fichajes. El Tottenham, después de gastar más de 100 millones de libras este verano, llegaba al Emirates como favorito. Con toda lógica, puesto que el Arsenal no ha gastado ni una sola libra en el mercado estival. Ya de primeras vimos a los de Wenger con ganas de llevarse el partido, de mantener los 3 puntos en casa. Cazorla, muy activo durante toda la primera, lanzó dos faltas peligrosísimas al arco que Lloris salvo prodigiosamente. El Arsenal tocaba y tocaba mientras que los spurs buscaban la contra por velocidad.
La iniciativa gunner era tal, que en el minuto 22, un robo de Mertesaker en área propia terminó con una excelente contra que llevó Rosicky de manera magistral. El checo cedió a las mil maravillas para Theo Walcott. La bala dejó atrás a Danny Rose y con un gran pase de la muerte, Giroud remató a la perfección. Un gol de bellísima factura que nada pudo hacer Lloris para evitarlo. Como mala noticia, nueva lesión muscular de Wilshere.
Tras el gol, los spurs salieron de la cueva y ambos equipos tuvieron una lucha feroz en el medio campo, con muchas idas y venidas pero demasiada imprecisión por ambas partes. En los instantes finales, los de Villas-Boas reclamaron un posible penalti por mano de Giroud y falló Walker una ocasión clarísima en el último minuto a pase de Soldado. Al final ganó el más efectivo. El fútbol hoy fue justo.
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