Al Arsenal le basta con la segunda parte

Buen partido de los de Wenger (0-2) que controlaron el encuentro aunque el Crystal Palace, tras la expulsión de Arteta, pudo empatar el encuentro. El propio Arteta,de penalti, y Giroud marcaron para los gunners, que siguen una jornada más a la cabeza de la clasificación.

Los gunners acudieron a Selhurst Park para defender y ampliar una semana más su liderato en la Premier League. Ya en los primeros minutos avisaron por mediación de un buen remate del francés Olivier Giroud que se fue fuera por poco. A pesar del buen comienzo, se le torcieron las cosas cuando en el minuto 8, Flamini tuvo que irse tras lesionarse. En su lugar entró Gnabry, que fue clave en la victoria. Pero primero vamos por partes. El Arsenal desde los compases iniciales decidió que el partido se jugaría a su ritmo. Mucho toque, pase entre lineas y velocidad, que es lo que les ha hecho estar como líderes en estos dos primeros meses de liga. Con una linea de tres cuartos formada por Ramsey, Cazorla y Özil, los de Wenger movían el balón como un trilero la bola. Aunque su dominio poco a poco se fue diluyendo ya que el Palace ni mucho menos daba facilidades a los visitantes. Los de Millen, hoy entrenador tras la renuncia de Ian Holloway, jugaron valientemente, aprovechando las contras y el juego por la bandas, sirviendo centros para un Chamakh que, como nos tiene acostumbrados, no estuvo acertado de cara a puerta.

La primera mitad terminó con el Arsenal asustado. Llegaba pero no culminaba y cada vez que los locales se acercaban a la meta de Szczesny, su dominio parecía que se iba a romper como un cristal. Además el colegiado no pitó un penalti claro sobre Gnabry lo que sacó a los gunners del resto de los primeros 45 minutos. A pesar de todo, la segunda parte dio un vuelco espectacular. En el primer minuto tras la reanudación, Gabiddon derribo una vez mas a Gnabry y esta vez el árbitro si pitó la pena máxima. El penalti fue ejecutado soberbiamente por el capitán del Arsenal, Mikel Arteta, que minutos después sería protagonista tras ser expulsado por roja directa por derribar a Chamakh cuando se iba solo contra la portería de sus excompañeros. La expulsión obligó al Arsenal a replegarse, a aguantar los golpes de un Palace que cada ataque era espoleado por la grada, que no dejó de apretar los 90 minutos. A punto estuvo de empatar el partido, neutralizando toda salida de balón de los visitantes hasta que en los minutos finales, concretamente en el 87, Ramsey se inventó una excelente jugada que culminó con un centro y un remate a gol de Giroud.

El Arsenal venció como hacen los líderes: dominando y aguantando ante la adversidad. Aunque en otros compromisos, el juego de hoy no será suficiente. Özil no apareció lo suficiente y lo notaron. Anulado el catalizador de juego, el Arsenal confía en su velocidad y pegada. Por ahora funciona.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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