Ambos equipos empatan en un partido que merecieron llevarse los locales.
Cómodo y tranquilo partido el de esta tarde en el The Hawtorns Stadium entre dos equipos que apenas se jugaban nada. Los chicos del West Brom duermen desde hace tiempo en una zona muy tranquila de la tabla, sin posibilidad de entrar en Europa pero con la permanencia totalmente asegurada gracias a una gran temporada. El Newcastle con su victoria de la jornada pasada, se encontraba en la barrera psicológica de los 40 puntos mucho más tranquilo a pesar de contar con muchos hombres en la enfermería.
Los locales salían con la mayoría de los hombres responsables de la situación que hemos citado anteriormente. Un tranquilo 4-2-3-1 con Lukaku en punta. El Newcastle sorteaba esa epidemia de bajas dando entrada a otros menos habituales como Haidara en el centro del campo o Jonás Gutierrez acompañando a Cissé en el ataque.
La primera parte comenzó aparentemente tranquila, los dos equipos parecían esperar a la reacción del otro para empezar a enseñar sus cartas. El Newcastle poco a poco comenzó a tomar algo de ventaja con los pases entre líneas de Sissokó amenazantes constantemente. Fue entonces cuando en el minuto 8 Cissé recibió un balón que trató de colocar en la escuadra con un disparo interior y mientras el balón se dirigía a portería, Gouffran se elevó por encima de su defensor para desviar ligeramente el balón y que Ben Foster no pudiera hacer nada por atraparlo. Los jugadores del West Brom estaban muy indignados porque decían que la jugada venía precedida de un fuera de juego de Gouffran, sin embargo cuando recibió Cissé el no intervino en la jugada por lo que el gol era totalmente legal.
El cabreo parece que no afectó en exceso al conjunto local que siguió con la misma forma de tratar el partido que antes del gol. A partir de aquí y durante el resto de la primera parte apenas se sucedieron las ocasiones por parte de ninguno de los dos equipos a excepción de una volea de Cabayé que atrapó Ben Foster y un error garrafal del lateral Jonas Olsson que cedió un pase atrás para Foster y que interceptó Lukaku enviando una vaselina que por poco no llegó a entrar. Poco más hasta el final de la primera parte.
Aunque sólo fuese por satisfacer a los aficionados que se encontraban esa bonita tarde soleada de sábado en The Howthorns, ambos equipos y sobre todo los locales, debían empezar a espabilar para tratar de rematar más a portería.
La segunda parte empezaba con los mismos hombres por parte de las urracas y con el cambio de Claudio Yacob por Shane Long obligando a adelantar las líneas favoreciendo la llegada de balones a Lukaku.
El West Brom salió enchufadísimo esta segunda mitad tratando de buscar el empate. En el minuto 5, Chris Brunt envió un precioso centro desde el córner a Lukaku que espetó contra el larguero devolviendo la sangre a todo el estadio. A partir de aquí fue un continuo acoso por parte del West Brom que contaba siempre con su mejor ariete como mayor baza para tratar de encontrar el empate.
En la banda se observaba a un Alan Pardew más preocupado de los posibles movimientos de Steve Clarke que del partido y es que a las urracas se les han escapado demasiados puntos esta temporada después de haber comenzado ganando el partido.
En el campo seguía el mismo cuento, los acercamientos constantes del West Brom al área visitante hacían presagiar lo que en el minuto 64 acabaría llegando. Fortune mete un pase interior para Chris Brunt, este se la deja a Lukaku que realiza una jugada cediendo el balón a Billy Jones que la empuja para superar a Elliot devolviendo las tablas al marcador.
Esto no hizo acomodarse ni mucho menos al conjunto local que siguió encerrando al Newcastle en su propia área. Podemos decir que hasta el minuto 75 el Newcastle apenas consiguió sacar el balón más lejos de la línea de medio campo. Ante este plantel, Pardew decidió dar entrada a Ben Arfa para tratar de revertir esta situación con poco o nada resultado.
Los minutos finales se vieron calmados por las muestras evidentes de cansancio por parte local, que retrasaron líneas pero sin dejar que el Newcastle tomara la iniciativa. De hecho la última gran ocasiones del encuentro que apunto estuvo de poner el 2-1 en el marcador vino por parte del mejor del partido. Lukaku consiguió poner un pase de la muerte que superó totalmente a Rob Elliot pero al que desafortunadamente no consiguió llegar Shane Long que se encontraba demasiado lejos.
Finalmente los puntos quedaron repartidos aunque por justicia deberían haberse quedado en casa. Los dos equipos se marchan más o menos contentos con la enorme tranquilidad de saber que al año que viene seguirán estando en la máxima categoría.
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