El Manchester City encarrila la tercera posición tras vencer con muchas dudas al Leicester (2-1). Los de Pep Guardiola allanaron el transcurso del partido gracias a Silva, con cierta polémica, y Gabriel Jesus de penalti, pero Okazaki acortó distancias antes del descanso e instaló el miedo en el Etihad. Mahrez consiguió el empate desde los once metros en la segunda mitad, pero su tanto no fue concedido por contactar dos veces con el balón al lanzar la pena máxima.
Gane más o gane menos, este Manchester City siempre te deja a medias. Su mar de dudas atisba un horizonte con una niebla tremendamente espesa. Sabe dominar el balón, puede crear ocasiones, pero también le da por desconectar la máquina. Como si su rival le pareciera un insecto diminuto del que sienten obligación de apiadarse. Cierto es que el Leicester viajó a Manchester con sus deberes hechos en el plano de la clasificación, pero también con el filo opuesto de la navaja. El de poder aguarle la fiesta al de al lado. El devenir no fue tal, aunque el City volvió a jugar con fuego. El tanto final de Mahrez de penalti se presumía como la carraca definitiva en el Etihad, pero el resbalón inoportuno del argelino dejó la circunstancia en lluvia purificadora.
Por jerarquía y plantilla, el control era indiscutiblemente cosa de los locales. Entre el puñadito de jugadas de ataque planas, Sané y Silva ponián la luz de escape. Cosa de ellos dos fue la acción que estrenó el electrónico de Manchester. Sterling se sumó a la lista de colaboradores porque su posición era ilegal en el remate de Silva, aunque el tanto se le terminó adjudicando al jugador canario. Sané continuó provocando jaquecas hasta que Benalouane explotó derribando insultantemente en el área al joven alemán. Gabriel Jesus no falló desde el punto de castigo.
El partido se presumía liquidado en favor del Manchester City, pero ya sabemos que los 'skyblues' no dan puntada sin hilo. Okazaki se sacó un voleón de la manga en forma de gol cuando el hoyo del Leicester estaba más que preparado para depositar su tumba. El tanto del nipón fue un bálsamo para el espectador neutral y puso el grito en el cielo de todos los narradores: "¡Hay partido!"
Al City le comenzaban a temblar las canillas y no daba síntomas de ofrecer algo diferente para aniquilar el choque. Desacertados Gabriel Jesus y Sterling, anestesiado De Bruyne y la varita de Silva no estaba como para sacar más conejos de la chistera. Entre el caos 'skyblue', Mahrez, otro que hace magia cuando quiere, le coló uno de sus trucos a Clichy y el francés le derribó en el área. El argelino marcó, pero resbaló y contactó dos veces con el esférico en el golpeo por lo que el gol fue anulado. Respiró de alivio un Etihad al que se le empezaba a atragantar el almuerzo. Los minutos finales de su equipo fueron para guardar en la cámara de los horrores. Consiguieron los tres puntos, eso sí, el botín que reserva billete para la máxima competición europea. Sin duda, las malas sensaciones se discuten mejor con el escudo de la Champions en la camiseta.
Ficha técnica:
Manchester City: Caballero; Fernandinho, Kompany, Otamendi, Clichy; Yaya Touré, De Bruyne (Zabaleta 81'), Silva, Sterling (Agüero 77'), Sané; y Gabriel Jesus (Navas 90+4').
Leicester: Schmeichel; Simpson, Benalouane, Fuchs, Chilwell; Mahrez, Ndidi, King (Amartey 67'), Albrighton (Gray 79'); Okazaki (Slimani 73') y Vardy.
Goles: 1-0 min.28 Silva; 2-0 min.35 Gabriel Jesus (p); 2-1 min.41 Okazaki.