Brillante partido de los blues en Stamford Bridge ante un Fulham que salvo en los primeros minutos del encuentro apenas creó peligro en la meta de Petr Cech. Los de Mourinho, guiados por un excelente Oscar, vencieron a sus vecinos, que desde 1964 no consiguen ganar en el Bridge. Oscar y Mikel ayudan al entrenador luso a tomar aire, que dejó fuera de la convocatoria a David Luiz y a Juan Mata de nuevo.
A pesar de ser principios de temporada, en el Bridge no están para juegos. Tras la sorprendente derrota frente al Basilea el pasado miércoles, Jose Mourinho estaba obligado a quedarse los tres puntos frente al Fulham. El portugués arriesgó dejando fuera a dos pilares fundamentales de los últimos años como David Luiz y Juan Mata y a la afición no le agradó demasiado, pese a tener un once titular de muchos quilates en el campo.
El encuentro comenzó como un correcalles, con un Chelsea ciertamente descolocado y un Fulham que esperaba agazapado al error de los locales para encontrar la fortuna a través de la velocidad de Darren Bent. Se le apreciaba cierta ansiedad al cuadro azul, que debía lavar su imagen frente a los suyos tras el batacazo en Champions. Los nervios eran tan obvios que la defensa se encontraba perdida y de no ser por Cech en los primeros minutos sus vecinos podrían haberse adelantado en el marcador. En el 15', Amorebieta, que debutaba con los cottagers, derribó a Ramires, dejando ver un posible penalti sobre el centrocampista brasileño. La contundencia fue tal que tuvo que ser atendido por los fisios del Chelsea durante unos minutos.
El Chelsea comenzó a desplegar su enorme potencial ofensivo, juntando arriba hasta 5 efectivos -Ramires,Schurrle,Oscar,Hazard y sobre todo Eto´o, muy activo durante el tiempo que estuvo en el campo- encontrando todo tipo de espacios en la defensa del Fulham que a pesar de todo se mostraba solida, especialmente Hangeland y Amorebieta. El empuje blue era cada vez más patente, arrinconando a un Fulham que no tenía ni siquiera la posibilidad de salir a la contra, con el Chelsea entero jugando prácticamente en su campo. Eto´o cada vez que tocaba el balón creaba peligro y aunque no marcó, sin duda hizo una excelente labor de desgaste. Cuando el camerunés vuelva a estar al cien por cien, solo él sabe donde está su límite.
Llegamos al final de la primera parte con los locales oliendo la sangre del Fulham, que herido se defendía bien de los golpes que los blues le mandaban. Una de las ocasiones más claras fue una jugada que tras varios tiros envió Stockdale a córner tras un trallazo de Ivanovic. La segunda mitad comenzó de manera fulgurante. En el 52', un buen tiro de Eto´o es rechazado por el meta del Fulham y Oscar, el mejor jugador del encuentro y omnipresente durante todo él, recogió el rechace en el área pequeña para quitarle las telarañas a la red. Un tanto muy merecido y muy buscado que finalmente llegó. Sidwell pudo arruninar la alegría pocos minutos después de no ser porque envió levemente desviado un balón botado por Kasami.
Con la entrada de Torres y Lampard por Eto´o y Schurrle, el Chelsea renovó fuerzas y la presión sobre los cottagers se hizo inaguantable para ellos. Con la defensa cansada, Torres se movió como pez en el agua, con muy buenos desmarques que provocaron achiques en la defensa del Fulham, muchos de ellos acabando en córner. Y de córner fue como llegó el segundo gol del Chelsea. Centro botado por Oscar que baja excelentemente Torres de cabeza y Mikel, a placer, remata a puerta.
La presión, el contraataque y la concentración durante todo momento dieron al Chelsea y sobre todo a Mourinho la tranquilidad que se necesitaba en Stamford Bridge.
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