El partido se desenlazó en la segunda mitad, donde el partido fue de ida y vuelta y donde Roberto Martínez fue el más listo de todos y con sus movimientos consiguió llevarse los tres puntos (1-3). El primer gol lo introdujo en su portería Stockdale tras un disparo de Naismith, empató Dejagah los goles que decantaron el encuentro fueron de Mirallas y Naismith.
Uno de los últimos trenes del Fulham pasaban por ganar al Everton en el Craven Cottage, pero el partido para nada era un juego de niños ante un equipo verdaderamente serio que no descarta acabar entrando en la Champions League a pesar de la dificultad que eso supone.
La primera mitad tuvo un guion clarísimo e invariable, el Everton tenía la pelota y manejaba el partido mientras que el Fulham esperaba atrás para salir a la contra e intentar sorprender a los de Roberto Martínez. Los visitantes apenas inquietaron a Stockdale en los primeros 45 minutos, si lo hicieron los de Magath que hicieron intervenir en dos ocasiones a Howard en dos contras. También dispusieron los locales de varios disparos desde la frontal pero acabaron lejos de la portería.
Tras la reanudación del encuentro Roberto Martínez dio una clase magistral de lectura de partidos, dio entrada a Naismith por Barkley, en primer lugar, a los diez minutos un córner botado por los ‘toffees’ salía rechazado por la defensa, el balón le caía a Naismith que disparaba desde la frontal, el disparo rebotaba en un defensa y luego tocaba en la pierna de Stockdale que se lo introducía dentro de su portería.
Tardó el Fulham en responder con el empate, pero sí respondió sacando los mejores minutos, el partido lo empató Dejagah tras una jugada individual y un gran disparo desde fuera del área que se metía en la portería de Howard por la escuadra de ésta. Con el empate Roberto Martínez de nuevo volvía a hacer dos cambios que supondrían un cambio definitivo en el desenlace del encuentro, dio entrada a Mirallas y McGeady, ambos protagonistas de la jugada crucial a los dos minutos de su entrada. McGeady ponía un balón en profundidad a Mirallas que se plantaba solo ante Stockdale y definía con gran fialdad.
La puntilla para el Fulham la puso de nuevo Naismith a pocos minutos para el final, le llegaba un balón desde la izquierda hasta el centro del área pequeña donde se encontraba completamente solo y batía a Stockdale muy fácilmente. El resultado suponía un duro castigo para los ‘cottagers’ que hicieron méritos para sacar algo más pero la debilidad mostrada por su defensa a lo largo de la temporada les volvió a castigar duramente.
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