Bonito partido (2-1) en el cual no hubo momento para relajarse. Ambos equipos dominaron por fases el encuentro, aunque a partir de la segunda mitad los de Roberto Martínez se impusieron y consiguieron doblegar a los ucranianos a base de buen fútbol. Primero adelantó Gusev a los visitantes. Minutos antes del descanso empataría Naismith tras una buena jugada de Lukaku y más tarde el belga, de penalti, sellaría la remontada
La pregunta que seguramente ronde la cabeza a los aficionados del Everton tras la victoria de hoy es ¿por qué no podemos jugar así siempre?. El Everton, fiel a su estilo, utilizó el balón como arma para arrinconar al Dínamo, que se pasó la segunda mitad asediado por los toffees. Aunque en la primera mitad los visitantes achucharon y mucho. Yarmolenko y Gusev volvieron loca a la defensa azul, con continuas diagonales que buscaban el centro al corazón del área. Con el centro del campo completamente desaparecido, Roberto Martínez resoplaba, con el clamor popular de la hinchada de Goodison Park, que pitaba y abucheaba a los suyos tras continuas posesiones que no terminaban en nada. Tal era el clima hostíl, que el Everton no encontraba su sitio, perdiendo constantemente el esférico en transiciones sencillas defensa-ataque. Y a todo esto el conjunto ucraniano llegaba y llegaba hasta que en el minuto 14, tras un corner perfecto, llegaba un remate magistral de Gusev que adelantaba a los visitantes. El clamor subía de volumen y el Everton seguía sin dar pie con bola hasta que en el 39, tras una sensacional jugada de Lukaku, llegaría el gol de Naismith que ponía las tablas en el marcador.
La segunda mitad cambió radicalmente. No sabemos que les diría el técnico español a los suyos, pero el lavado de cara fue visible. Si ya antes del gol de Naismith el Everton había tenido 3 oportunidades claras, la segunda parte estuvo centrada en la portería de Shovskovskiy, que evitaba todo lo que pretendía entrar en las redes que defendía. Coleman y Garbutt se sumaron al ataque como extremos, Barkley comenzó a moverse más entre líneas, McCarthy y Barry por fin arrancaron y Lukaku siguió a lo suyo. Numerosas ocasiones tuvo el delantero belga, aunque no tuvo suerte de cara a gol. Con los cambios, Martínez buscó el gol que siempre tuvo cerca. Kone sustituyó a un desaparecido Mirallas y Osman dio mucho pundonor. Precisamente fue Osman quien, en una internada, provocaría el penalti de Silva tras una mano clamorosa. Lukaku no falló y culminó una remontada valiosa pero a la vez peligrosa, que no permitirá relajación alguna en Kiev.
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