El Sunderland se impuso (0-3) a un Newcastle que jugó un partido horroroso y mereció la derrota en todo momento. Los de Pardew acusaron las bajas de Cabaye, recientemente traspasado al PSG, Gouffran y Cissé, lesionados y Remy, sancionado.
Ambos equipos llegaron al partido con trayectorias totalmente opuestas. El Sunderland llegaba en su mejor momento de la temporada tras sumar siete partidos sin conocer la derrota, incluyendo la clasificación para la final de la Copa de la Liga frente al Manchester United. El Newcastle por su parte llegaba tras sumar una única victoria en los últimos seis partidos.
El partido comenzó muy igualado, con ambos equipos buscando llevar la manija del encuentro. Pero pronto se rompió la igualdad merced a un penalti que cometió Anita sobre Bardsley. Borini lo transformó y adelantó a los hombres de Poyet. Casi sin tiempo para recuperarse, el Newcastle encajaba el segundo gol. Gran jugada colectiva del Sunderland y el balón le llegó rechazado a Adam Johnson que no perdonó.
A partir del gol y hasta el final del encuentro se mantuvo la misma tónica. El Newcastle dominaba y el Sunderland buscaba crear peligro a la contra. Pero el Newcastle tocaba y tocaba sin conseguir crear peligro a la defensa de los black cats. Tioté, Anita y Sissoko no son jugadores para llevar la manija. La marcha de Cabaye ha dejado al Newcastle muy mermado en las labores de creación, lo que quedó demostrado en el partido. El Newcastle no supo recortar y Colback, tras un contra magistral, le dio la puntilla a los hombres de Pardew.
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