La Premier League de esta temporada incluye, según Alex Horne, secretario de la Federación Británica de Fútbol, uno de los mayores cambios en las reglas del juego del fútbol en sus 150 años de historia: el ojo de halcón
26 de junio de 2010. Inglaterra se enfrentaba a Alemania en los octavos de final del Mundial de Suráfrica. A la media hora de partido, los de Löw, que partían como favoritos para el título junto a España, iban por delante en el marcador con goles de Klose y Podolski.
Lo que parecía un partido cómodo y controlado por el subcampeón de la Eurocopa 2008, se convirtió en un minuto de locura cuando Lampard, tras recortar distancias Upson para los de Capello, sacó de la chistera un chut espectacular que se estrelló en el larguero y entró en la portería de Neuer, aunque el balón volvió a chocar en el larguero para terminar en los brazos del portero alemán. El árbitro uruguayo Jorge Larrionda no concedió el gol ante el estupor de la hinchada inglesa que vio cómo su equipo perdió 4 a 1.
Este gol fantasma, con otros precedentes en la historia del fútbol, abrió el debate sobre el uso de la tecnología en el deporte rey para evitar el error humano, como ya hace el Tenis con el Ojo de Halcón o el atletismo con la foto finish. Pero no es tan fácil. El error en el fútbol crea polémica y es lo que le convierte en un deporte hermoso e impredecible que podría perder su dinamismo y velocidad si un árbitro, condicionado por las protestas y peticiones de los entrenadores, parara un partido continuamente como sucede con el fútbol americano.
En un último intento de evitar el uso de la tecnología en el fútbol, la FIFA ha tomado medidas en estos años, como experimentar con cuatro jueces de línea. Sin embargo, es precisamente en Inglaterra, cuna de este deporte de masas, donde se ha apostado de lleno por una especie de Ojo de Halcón para la presente temporada de Premier League con el fin de terminar con los goles fantasma.
Se trata de un sistema formado por 14 cámaras que captan la portería desde distintos ángulos con el fin de determinar cuando el balón ha superado la línea de gol. Si lo supera, el propio sistema se encarga de enviar una señal al reloj del árbitro para que éste conceda, con seguridad y sin miedo al reproche, el tanto en el marcador.
Alex Horne, secretario de la Federación Británica de Fútbol, aseguró que “Este es uno de los mayores cambios en las reglas del juego en sus 150 años de historia. El objetivo del juego es meter el balón en la portería y el sistema quiere ayudar a los árbitros a tomar la decisión correcta”.
Albert Einstein dijo una vez que temía el día en que la tecnología sobrepasara nuestra humanidad ya que “El mundo sólo tendrá una generación de idiotas”. Con esta medida el fútbol será más justo pero poco a poco, perderá esa incertidumbre que nos convierte, a los que amamos este deporte, en felices idiotas que comentan, a veces con sorna y otras con vehemencia, el partido del domingo. El fútbol está cambiando.
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