Luis Suárez, sospechoso habitual

La sanción ejemplar que ha caido sobre el delantero uruguayo marca la linea de actuación de la Fifa: tolerancia cero con la violencia

Y ya van tres. Luis Suárez, posiblemente el mejor 9 del mundo, ha sido sancionado con 9 partidos de su selección, 4 meses de inhabilitación deportiva de todo tipo y 80 mil euros. Todo viene ligado al ya archiconocido mordisco que el delantero charrúa le propició al defensa italiano Giorgio Chiellini. De primeras la sanción choca. Choca porque la Fifa nunca había sido tan contundente con este tipo de casos. Ni el cabezazo de Zidane,sancionado con tres partidos, levantó tanto revuelo. La polémica en el caso del 10 de Francia fue porque un jugador de tal elegancia no puede hacer estas cosas, con más inri en una final de la Copa del Mundo y en su último partido como jugador profesional. Curiosamente también fue a un defensa italiano, Marco Materazzi.

Lo de Suárez ya viene de lejos. Ya en sus tiempos como jugador del Ajax de Amsterdam propinó un mordisco a Bakkal, jugador del PSV. En aquella ocasión Suárez fue castigado con 7 partidos de suspensión más dos por la consecuente roja. Aquello pudo parecer un incendente aislado pero nada más lejos de la realidad. En abril de 2013, el delantero, ya en las filas del Liverpool, mordió al defensa serbio del Chelsea, Branislav Ivanovic. En aquella ocasión fueron 10 partidos de suspensión, lo cual le hizo perderse el resto de la temporada 12-13 y el comienzo de la siguiente hasta la quinta jornada.

Parecía que tal incidente le curaría de espanto al delantero, volviendo más fuerte que nunca y siendo elegido mejor jugador de la Premier tras anotar 31 tantos con el '7' de los reds a la espalda. Su llegada al Mundial atrajo todo los focos, ya que llegó operado del menisco un mes antes. Se perdió el primer encuentro contra Costa Rica, encajando la Celeste un contundente 3-1 ante la revelación del Mundial. Su primer partido, el segundo de su selección, fue frente a Inglaterra y Suárez desplegó su mejor versión, dejando fuera a la selección del país que le paga con un doblete.

Con el empate en el marcador y con su selección más fuera que dentro, Luis Suárez le lanzó una dentellada al central de la Juventus a escasos minutos del final del encuentro. Ni el línea ni el árbitro mexicano se dieron cuenta del incidente, pero estaba claro que algo raro pasaba. Chiellini le mostró el sello personal del 9 charrúa al colegiado, que se saldó con un "jueguen, jueguen". Instantes después Godín, el central que no se cansa de marcar goles históricos, remataba un corner que ejecutaba a la Azzurra y dejaba a Uruguay como segunda de grupo. Suárez lo celebraba con rabia, aunque por dentro sabía que iba a ser su último partido en mucho tiempo con su país.

Nadie duda de la calidad de este grandísimo jugador, con grandes recursos y con muchos goles a sus espaldas. Pero su carácter indómito le priva de conseguir llegar a cotas más altas. En total, Suárez se ha perdido 38 partidos a nivel de club y 9 con su selección, a pesar de que hace mucho tiempo que no recibe una roja. Ahora es el tiempo de apelar por la multa económica y sobre todo reflexionar. Porque un jugador de tanta calidad no se puede perder así.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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