Un 17 de agosto de 1977 vino al mundo una estrella. Procedente de Les Ulis, empezó a pulir su reconocido y admirado empeine interior al palo largo. "La voy a meter a lo 'Titi'" repetíamos todos de pequeños intentando imitar como ilusos su fenomenal golpeo. Ídolo sin discusión del Arsenal y de la selección francesa, les presento con mucho gusto a Thierry Henry.
Forjado en el Mónaco, debutó con el conjunto del Principado en primera división en agosto de 1994 bajo las órdenes de Arséne Wenger y actuando de extremo izquierdo. Cinco años después, fichó por la Juventus, etapa de la que no guardará sus mejores recuerdos ya que su estancia en el conjunto transalpino duró únicamente media temporada. Allí pudo compartir vestuario con otros personajes legendarios como Alessandro Del Piero, Filippo Inzaghi y, por supuesto, Zinedine Zidane. Futbolistas de excelsa talla mundial que empequeñecían al bueno de Henry.
Sin embargo, el destino obró para que los caminos de Wenger y 'Titi' volvieran a cruzarse y en el mismo año, en 1999, fichó por el Arsenal. El técnico alsaciano apostó tan ciegamente por Henry que incluso decidió reconvertirle a delantero centro, posición que compartió asiduamente con el gran Dennis Bergkamp. Ambos formaron una dupla de ensueño y junto a su socio holandés, Henry se transformó en el absoluto buque insignia del Arsenal obteniendo dos Botas de Oro y cuatro trofeos pichichi de la Liga Inglesa, entre otros premios, que le han llevado a ser el máximo goleador en la historia del Arsenal. Habiéndose quedado a las puertas del Balón de Oro en 2003 (consiguió el Balón de Plata) y en 2006 (Balón de Bronce), el francés lleva colgado el cartel de uno de los grandes 'olvidados' de este prestigioso galardón.
Otra espinita que siempre le quedará clavada es no haber conquistado la Liga de Campeones con la camiseta del Arsenal. Ocho dulces años ha pasado Henry en la entidad londinense saboreando un montón de momentos y títulos, pero a nivel colectivo, ese se le atragantó. Estuvo a las puertas en 2006 en París contra precisamente su siguiente club, el Barcelona, erigiéndose además Victor Valdés, quien sería su compañero año y pico después, en su principal verdugo. Posteriormente, terminaría proclamándose campeón de Europa con el equipo culé en 2009, pero haberlo conseguido vestido de 'gunner' habría sido el plus definitivo para su currículum con el la elástica de sus amores.
Como decía, Henry fichó por el Barcelona en el verano de 2007, donde pasó las tres próximas temporadas. En la ciudad condal formó parte de una de las tripletas más sensacionales de la historia junto a Samuel Eto'o y Lionel Messi. Tras una primera temporada en la que su adaptación resultó algo complicada, en su segunda temporada volvió a reivindicarse logrando 19 tantos en competición liguera y consiguiendo todos los títulos posibles a nivel colectivo en una temporada: Liga, Copa del Rey, Liga de Campeones, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundialito de Clubes. Una hazaña histórica que obtuvo el conjunto azulgrana entonces con Josep Guardiola en el banquillo y de la cual formó parte el gran 'Titi', quedando su leyenda aún más agigantada.
Con casi todo en su palmarés a nivel de clubes, Henry hizo las maletas rumbo a Nueva York para incorporarse a los Red Bulls de la MLS en 2010. Parecía el principio del fin de la carrera futbolística del francés, pero decidió hacer un alto en el camino. Una parte de Londres se paralizó fruto de una sorpresa cargada de asombro e ilusión tremenda al mismo tiempo. Henry volvía al Arsenal, su casa, el 6 de enero de 2012 tras acordar neoyorquinos y 'gunners' su cesión durante dos meses. Henry ama a este club y el club lo ama a él. Es un 'affaire' contra el que los Red Bulls ni nadie pueden luchar. Su vuelta a Europa rememoró una interminable lista de jugadas y goles extraordinarios. El arte de zafarse de todo lo que tenía por delante con un par zancadas, la sutileza en la definición y una personalidad capaz de hacer remar al resto en su misma dirección y que deja huella en los que amamos este deporte.
Si Henry ha conseguido no dejar indiferente a nadie en los clubes donde ha jugado, en la selección francesa tampoco se queda corto. Thierry consiguió proclamarse campeón del Mundo (1998) y de Europa (2000) y es el máximo anotador nacional de toda la historia con 51 goles en 123 participaciones. Lejos tiene a su perseguidor en activo más próximo, el madridista Karim Benzema, que acumula 25 tantos en 75 encuentros con la selección 'bleu'. Sin embargo, existe una mancha que ensucia la honorable trayectoria de Henry: aquella mano que se le coló en la repesca ante Irlanda que dio la vuelta al mundo y que otorgó la clasificación para el Mundial de Sudáfrica al cuadro francés.Según recogió la ESPN, Henry le comunicó al colegiado que tocó el esférico con la mano y que Martin Hansson le hizo caso omiso. Sea lo que sea, el daño estaba hecho y fue prácticamente irrevocable, especialmente para todo el pueblo irlandés.
Tras el Mundial de 2010, Henry se despidió de la selección gala e hizo lo propio de su último club, Los New York Red Bulls, en diciembre de 2014, hace un par de meses, certificándose así su retirada de los terrenos de juego. No se ha ido en alma (¡Dios no lo quiera!), pero desde el más profundo sentir, el equipo de Proyecto Premier te quiere mandar una calurosa despedida: ¡Hasta siempre, Thierry Henry!
Twitter: @ProyectoPremier @velooci
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