Husmear en la historia de la liga inglesa nos descubre grandes jugadores que llegan a la mitificación entre los aficionados ingleses pero que fuera de las islas británicas apenas son conocidos. Muchos de ellos pasaron toda su carrera en un mismo club mostrando su lealtad y sin buscar la ambición de ir a un club grande, este es el caso de Tom Finney, mejor dicho, Sir Tom Finney, para muchos uno de los mejores jugadores que ha dado Inglaterra en su larga historia.
Tom Finney nació el 5 de abril de 1922 en Preston, ciudad situada en el noroeste de Inglaterra, nació en una humilde familia trabajadora, su padre pronto lo introdujo en el oficio de la fontanería con el cual el mismo se ganaba la vida. El joven Tom compaginaba su duro trabajo arreglando fugas de agua con el fútbol a nivel amateur. Muy pronto llamó la atención de los dirigentes del club de su ciudad natal, el Preston North End FC, pero la suerte no estuvo del lado del joven jugador que cuando le faltaba poco para debutar estalló la Segunda Guerra Mundial.
El inició de la guerra suspendió la competición y Finney fue llamado a filas y destinado a Egipto en 1942 durante ese tiempo nunca dejó el balón de lado. Tras finalizar el conflicto bélico volvió a Inglaterra donde se requería mano de obra de todo tipo para la reconstrucción de muchas de las ciudades del país. Un año después en 1946 conseguía debutar con el Preston North End FC, por fin el chico cumplía su sueño. Ahí comenzó una gran carrera que duró 14 años, durante los cuales permaneció siempre en el equipo de su ciudad.
A pesar de ser zurdo Finney siempre se desenvolvía por la banda derecha y pronto comenzó a dejar muestras de su gran talento y elegancia, pero sobre todo por la gran cantidad de goles y asistencias. No pasó desapercibido para nadie ni siquiera para clubes de otros países, el Palermo intentó ficharle por una gran suma de dinero, pero tanto el club como el jugador no estaban por la labor de llevar a cabo el traspaso.
Su carrera fue meteórica a jugó un total de 569 partidos con el Preston North End FC anotando la friolera de 187 tantos. También fue un fijo con la selección inglesa y como no, allí también demostró su gran talento, llegó a jugar 76 partidos anotando un total de 30 goles, por aquel entonces se convirtió en el máximo goleador de la historia de la selección. El primero en superar esa cifra cinco años después, fue Bobby Charlton. A pesar de todo lo que hizo y que sus cifras son estelares, nunca llegó a levantar ningún título con su club.
Durante su etapa como futbolista compartió con Stanley Matthews la rivalidad de ser el mejor jugador de la liga inglesa. Tuvieron una rivalidad sana a pesar de que la prensa del momento siempre intentó enfrentarles. Ambos partían de la misma posición Matthews era un extremo puro siempre pegado a la línea, mientras que Tom Finney era mucho más móvil y completo. No solo compartían similitudes en su posición ambos a pesar de ser los mejores jugadores de la época, militaban en equipos de media tabla, Matthews jugaba en el Blackpool por aquel entonces.
Tras finalizar su carrera como jugador, Tom Finney recibió la oferta de dirigir Kendal Town FC éste aceptó y fue su dirigente hasta que falleció el 14 de febrero de 2014. En el recuerdo queda la escultura que se inauguró en 2004 en el Museo Nacional de Fútbol llamada ‘Splash’ inspirada en una de sus grandes acciones. En 1993 fue nombrado caballero, pasando a ser el mítico Sir Tom Finney.
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