El equipo londinense (3-1) vence con facilidad en su último partido de la fase de grupos de la Champions. Los blues se adelantaron pronto gracias al gol de Cesc de penalti, un buen tiro desde fuera del área de Schürrle y puso la tranquilidad Mikel tras el gol de Jonathan Silva. Mourinho y los suyos serán cabeza de serie
Se venía partido cómodo para el Chelsea y los locales estuvieron a la altura de las expectativas. Jose Mourinho alternó titulares con suplentes y cuando aun estaba resonando el eco del pitido inicial, el árbitro señaló el punto fatídico para los blues. Filipe Luis era derribado claramente por un defensa lisboeta y en el lanzamiento no falló Cesc Fábregas. Es difícil vencer al Chelsea, pero si a los siete minutos ya vas perdiendo, la gesta se torna heroíca.
Poco tiempo tuvo para asimilar el Sporting de Portugal el gol encajado, ya que siete minutos después volvería a encajar un gol. Esta vez sería Schürrle, sin duda uno de los hombres del partido, quien disparó con virulencia desde fuera del área, rasa, imposible para Rui Patricio. Tras doblar su ventaja, Mourinho no permitió a sus chicos bajar el ritmo. A pesar de que los portugueses lo intentaban, apenas crearon peligro en toda la primera mitad. El Chelsea seguía llegando y a punto estuvo Matic de marcar uno de los goles de la jornada de no ser porque su disparo se fue un palmo por encima del larguero.
La segunda parte comenzo fulgurantemente, ya que en una serie de errores en cadena de la defensa blue, Jonathan Silva marcaba desde dentro del área. El 2-1 se ponía en el luminoso y el gesto de Mourinho se tornó más serio de lo habitual. Aunque poco le duraría la alegría a los leones, ya que en el minuto 55, Mikel se aprovechaba de un balón muerto tras un remate de Zouma a balón parado, acabando con toda esperanza visitante. El gol hizo mucho daño a los portugueses, que además sabían que con su derrota mas la victoria del Schalke, su destino sería la Europa League. Como anécdota decir que debutó una de las grandes esperanzas de la cantera de Cobham, Ruben Loftus-Cheek, de 18 años. El Chelsea estará en el bombo de los primeros, esperando a su rival.
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