Diego Costa le regala el derby al Chelsea

Completísimo partido de los blues (2-0) que dominaron sin ningún problema a un West Ham que nunca supo hacerle daño a los locales. Mediante un fútbol de posesión y muy rápido, los de Mourinho crearon numerosas ocasiones. El primer tanto lo convirtió Terry tras un cabezazo de Costa y el segundo fue el propio Costa tras una soberbia jugada individual

Como ya es tradición, el Boxing Day es uno de los días más especiales del año. Con un ambiente fantástico, se tornaba más que apetecible el encuentro entre el primero y el cuarto, ambos vecinos de la misma ciudad y con ese regusto a rivalidad que caracteriza los derbis en Inglaterra. El West Ham venía maravillando a todo el mundo con su juego sólido aunque en el día de hoy vimos la faceta más oscura de los de Sam Allardyce. Vimos a un equipo que se dedicó a esperar, a salir al contraataque, a mandar melones a Carroll, bajarlos y esperar que ocurre. Y contra otros equipos puede funcionar, pero contra el líder es muy complicado. Empezando porque este Chelsea se encuentra en un momento de forma espectacular. Segundo porque juega en casa y es prácticamente imbatible en su feudo. Y tercero porque Mourinho nunca ha perdido en un Boxing Day.

Ya desde los primeros compases vimos como el Chelsea creaba la jugada a partir de la conexión Matic-Cesc y terminaba en Diego Costa. Hazard hizo mucho daño entre líneas, con sus ya clásicos regates en una baldosa y con un Willian cuya aportación en la zona defensiva y en la de transición fue vital. Quizás el más ópaco de los jugadores de arriba fue Oscar, que está teniendo un rendimiento irregular en las últimas batallas del equipo del sudoeste de Londres. La primera ocasión clara llegó en el minuto 20 de la primera mitad, tras un durísimo disparo a bocajarro de Cahill que detuvo Adrián, sin duda el mejor jugador del West Ham durante todo el encuentro. De no ser por el ex-portero del Betis, podríamos estar hablando de una goleada de escándalo. Pero poco pudo hacer en el primer gol del partido. Corner a favor, peina Diego Costa y Terry, libre de marca, empujaba el esférico al fondo de las redes para romper el resultado inicial. Con el gol, el Chelsea subió una marcha, espoleado por un Mourinho más tranquilo de lo habitual, sin duda contento con lo que estaba viendo. La primera parte murió con tres ocasiones claras de los blues, que o bien se iban fuera, o bien las detenía el omnipresente Adrián.

La segunda mitad comenzó con otro aviso de Hazard, también detenido por el meta español. El asedio continuaría durante los siguientes minutos aunque tras un gran robo de Matic, un gran pase de Hazard entre líneas y una conducción con un regate precioso de Costa llegaría el segundo tanto de la tarde. Gran partido del hispano-brasileño con asistencia y gol incluidos, ya siendo uno de los ídolos (con cántico incluido) de Stamford Bridge. Tras el gol, el West Ham se replegó para intentar no encajar más tantos aunque hay que señalar que tuvo Amalfitano un disparo al palo en los minutos finales.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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