El Arsenal deja los deberes para la vuelta

El conjunto de Arsene Wenger salió indemne del infierno turco pese a las numerosas ocasiones del Besiktas y la expulsión de Ramsey y afrontará el duelo de vuelta en el Emirates con todo de cara para certificar su presencia en la próxima Liga de Campeones

El Arsenal volvió a demostrar su cara más apática -la que ya enseñó en la jornada inaugural de la Premier League- con un empate sin goles en la ida de la eliminatoria ante el Besiktas que decidirá quién de los dos estará en el bombo de la Champions.

El infierno turco, menos temible por jugar en el campo olímpico -el estadio de los blanquinegros está en obras- pero siempre caliente, amilanó demasiado a un equipo que no dio sensación de superioridad en Estambul y que puede dar gracias por irse con el marcador a cero.

Desde el primerísimo segundo quedó patente, de hecho, que el encuentro no iba a ser un paseo 'gunner': en el saque de centro Demba Ba sorprendió disparando a puerta, pero Szczesny pudo reaccionar a tiempo. Los turcos salieron, como es norma en los equipos otomanos en los primeros instantes, con una gran presión apoyada en sus adelantadas líneas. Y ahí lo pasaban mal los ingleses.

A los de Wenger les costaba salir con el balón jugado y, en una de sus pérdidas, Demba Ba cazó un centro al área para empalmar el esférico y encontrarse nuevamente con Szczesny, que volvía a ser el salvador de la escuadra londinense.

LA TEMPESTAD DEJÓ PASO A LA CALMA
El paso de los minutos suavizó la presión local y el Arsenal dejó de sufrir e incluso se animó en algunas acciones individuales, como una gran jugada de Cazorla en el área que acabó con el balón yéndose fuera por muy poco.

El susto echó atrás al Besiktas, que cedió la iniciativa a su rival para dar paso a una fase de tanteo, con dos equipos que ya habían recibido avisos serios y que preferían guardar atrás. El balón era 'gunner' pero, al igual que contra el Southampton, la posesión resultaba demasiado estéril.

La apatía finalizó, ya rozando el tiempo de descanso, con otra gran acción de Demba Ba. El senegalés se plantó ante Szczesny pero una vez más no pudo superarle. A la primera mitad del ex del Chelsea sólo le faltó el gol.

Sin embargo, la respuesta del Arsenal no se hizo esperar y en la jugada siguiente, Wilshere asitió con una vaselina perfecta a Giroud, que no pudo conectar con el esférico cuando ya estaba solo ante el meta Tolga.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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