Chelsea

El Chelsea acaricia la Champions

Buen partido de los hombres de Sarri (3-0), que si bien no jugaron una gran primera parte, dominaron al Watford con dos goles en dos minutos apenas empezada la segunda mitad. Con Hazard en modo estrella dando dos asistencias, los blues tienen todo de cara para sellar la tercera plaza y su pase directo a la máxima competición europea. Los goles fueron de Loftus-Cheek, David Luiz e Higuaín tras una gran asistencia de Pedro. Gary Cahill disputó sus últimos como jugador blue y la nota negativa la puso la lesión de Kanté al comienzo del encuentro, que puede dejarle fuera del tramo final de la temporada

 

Hoy pudimos disfrutar del último partido de los blues en Stamford Bridge en este curso 18/19. Ha sido una temporada de altibajos, con numerosos problemas, tanto dentro como fuera del campo. En sus inicios, el Sarrismo fue abrazado con fe ciega tras la temporada terrible vivida con Antonio Conte. Y el pobre Maurizio ha vivido este año algo similar. Si bien en cuanto a los objetivos podemos decir que ha sido una buena campaña, no ha sido así en cuanto al juego. El equipo juega de manera muy rígida, no solo por su poco fondo de armario, sino por la ocasional testarudez de su entrenador. Si algo hay que agradecer a Sarri es que es un técnico que tiene un libreto y que no se sale de ahí, muriendo con sus ideas hasta el final. Por concluir este apartado, el doble filo táctico de Sarri ha mantenido en vilo a los fans blues, a medio camino entre el amor y el odio. Solo la directiva sabe lo que pasará con el futuro del italiano, pero el debate está servido.

Higuaín

Y es que hoy, en la primera mitad, el Chelsea lo pasó mal. El Watford de Gracia es un equipo muy físico, muy competitivo. Con malos números contra el top-6 pero siempre molestando. En los 45 minutos iniciales se escucharon muchos pitos por parte de la afición local, viendo como su equipo reculaba ante los Pereyra, Doucouré, Deeney y compañía. Es más, de no ser por Kepa, podríamos estar hablando de otro resultado, ya que sacó una mano salvadora al propio Deeney que bien podía haber significado el 0-1. Con música de viento, se fueron los hombres de azul al vestuario.

No sabemos qué dijo Sarri en esos 15 minutos de descanso, pero seguro que algo que hizo cambiar la mentalidad del equipo. El Chelsea salió con la intención de merendarse al rival y el Watford, atemorizado, comenzó a recular. Hazard se puso el traje de superhéroe y en dos minutos liquidó el partido. Dos córners, dos testarazos, dos goles. El primero, en el 48, fue obra de Loftus-Cheek. El joven centrocampista, que apenas tenía protagonismo en el primer tramo de campaña, se está destapando como un recurso de lujo para un Chelsea que perdió a Kanté en el minuto 10 por una lesión muscular. El segundo, de David Luiz, que entró en el área como un Boeing, haciendo imposible la estirada de Foster. Con los dos tantos el partido bajó de ritmo y lo más señalable para el Watford fue un disparo a la madera de Holebas y un gol anulado a Success por fuera de juego. Volviendo al Chelsea, con una gran asistencia de Pedro, Higuaín marcó su quinto gol en Premier y probablemente su último tanto de azul. Pero sin duda el momento más bonito de la tarde fue en el minuto 88, cuando ingresó Gary Cahill en el campo. Un calvario de lesiones, el ostracismo de Sarri...demasiados obstáculos en la carrera de uno de los jugadores más icónicos de los blues en esta década. Azpilicueta le dio el brazalete y el Bridge se puso en pie. Hoy era día de celebraciones y, quién sabe, de cuántas despedidas.

Cahill

FICHA TÉCNICA

Chelsea: Kepa; Azpilicueta, Christensen, David Luiz (Cahill, min 88), Alonso; Kanté (Loftus-Cheek,min 10), Jorginho, Kovacic; Pedro, Higuaín (Giroud, min 79), Hazard.

Watford: Foster; Femenia, Mariappa, Cathcart, Holebas; Doucoure, Hughes, Chalobah (Cleverley, min 67), Pereyra; Deulofeu (Success, min 83), Deeney (Gray, min 83).

Goles: Loftus-Cheek (min 48), David Luiz (min 50), Higuaín (min 75).

Estadio: Stamford Bridge.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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