Los blues arrasaron Bucarest (0-4) de la mano de un Schurrle imperial y un Mata que es más que necesario en el equipo de Jose Mourinho. Los ataques estériles de los locales no inquietaron nunca a un Chelsea que siempre manejó, más o menos, el rítmo del partido. Ramires dos veces, Georgevski en propia puerta y Lampard hicieron posible el marcador abultado.
Con las alarmas encendidas, el Chelsea llegó a Rumanía con la misión clara de llevarse los tres puntos del Stadionul Ghencea de Bucarest. Los de Jose Mourinho, con la derrota ante el Basilea en casa, tuvieron muy claras las ideas desde el minuto 1: presión, presión y presión. Y la verdad es que funcionó, ya que durante toda la primera mitad consiguieron neutralizar el ataque de un Steaua que tiró dos veces a puerta en 45 minutos. La presencia de Juan Mata, ausente en anteriores compromisos, se hizo patente ya en el minuto 3. Buena combinación con Andre Schurrle, tras una gran acción del asturiano que casi termina en gol. En el minuto 7 los blues sufrieron un inoportuno revés. Fernando Torres se lesionaba en la rodilla.
Pero en su lugar entró el camerunés Samuel Eto´o, siempre indomable e imparable. Tanto Mata como Schurrle encontraron en el africano un socio perfecto para hacer daño entre lineas al equipo rumano. A pesar de que los de Mourinho llevaban la manija del partido, les costaba mucho finalizar en los últimos metros. Hasta que llegado el minuto 20, una buena jugada entre Schurrle y Eto´o propició el gol de Ramires tras el pase del delantero. Con muy poco el Chelsea se encontró por delante en el marcador y a partir de ese instante, los blues se relajaron.
Lógico ya que los rumanos sufrían la presión nada más sacar el meta y apenas podían hilvanar ninguna acción de peligro. A pesar de todo, consiguieron parar la sala de maquinas de los de Londres, hoy formada por Lampard, Oscar y Ramires. Con tanto creador, los blues no iban a tardar en volver a arrinconar a los locales y desde el minuto 35 hasta el final de la primera mitad, vivieron completamente encerrados. Tanto va el cántaro a la fuente, que en el último minuto, un excelente pase de Mata originó la jugada del segundo gol inglés. Se fue solo Eto´o que rápidamente pisó el área contraria. Aunque ejecutó un gran disparo, el meta rumano lo detuvo. Pero ni la fortuna ayudó al Steaua, ya que Georgevski introdujo el rechace de su propio portero en su portería.
Sin duda la clave del encuentro fue la perfecta asociación entre la linea de tres cuartos. Schurrle y Mata hicieron todo tipo de diabluras junto a Eto´o y las incorporaciones de los centrocampistas. La segunda mitad comenzó de manera fulgurante. En el minuto 54, una buena combinación entre Oscar y Ramires terminó en un auténtico obús por toda la escuadra del centrocampista, que obtuvo un doblete. El resto de la segunda parte, excepto por algún susto puntual que Cech atajó, no varió el guión. Finalmente, en el minuto 90, Willian, recien incorporado, bajó un balón para que Lampard lo empalmase y cerrase la goleada.
Cuatro goles con un juego con pocas florituras pero efectivo. El Chelsea puede respirar tranquilo. Está en el camino correcto.
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