El Manchester City deja escapar dos goles de ventaja y se lleva de Rusia un empate (2-2) ante un CSKA que no demostró nada pero que consiguió sacarle los colores al conjunto de Pellegrini, que sólo suma dos puntos en tres partidos y se complica el pase a octavos
El Manchester City se acerca a un nuevo y sonoro fracaso en Liga de Campeones tras su pobre empate en Rusia (2-2) ante el CSKA. Y eso que se adelantó en la primera parte gracias a los tantos de Agüero y Milner, que maquillaron una horrenda primera mitad citizen en el frío y desangelado Arena Khimki, sin aficionados por culpa de la sanción que aún soporta el equipo ruso.
El campeón de la Premier saltó despistado al campo y prácticamente no creaba peligro. Tampoco lo hacían los locales pero, curiosamente, cuando más estaban sufriendo los skyblues apareció Agüero para empujar una generosa asistencia de Dzeko y solucionar momentáneamente la papeleta. El bosnio cedió los honores al argentino y éste sólo tuvo que introducir el esférico en las redes locales. Corría el minuto 28 y el partido cambiaba de cara.
SIN RESPUESTA RUSA
El equipo moscovita, que hasta ese momento estaba controlando el partido, se vino abajo totalmente. Apenas unos instantes después del tanto que ponía por delante a los ingleses, Dzeko se removía en la frontal del área y se sacaba un duro chut que esta vez sí era capaz de desviar el meta ruso. 
Eran los mejores momentos citizens y lo iban a aprovechar. En el 37, una gran jugada combinativa finalizaba con un flojo disparo de Agüero que Milner remachaba y hacía bueno. Era el 0-2 y la tranquilidad total en el banquillo de Pellegrini, que veía más cerca la primera victoria del año en la gran competición europea.
Antes del descanso incluso pudieron haber aumentado la diferencia los de Manchester si el omnipresente Agüero hubiera llegado a un pase de la muerte de Kolarov, que mostró un desplegue espectacular en la banda izquierda. No llegó el tercero pero sí el pitido final del colegiado.
EL CITY, A OTRA COSA
Tras el paso por vestuarios, el partido se durmió. Al City no le interesaba un desgaste superfluo y se desconectó del partido: una de esas desconexiones que tan malos recuerdos trae a la afición y que acabó con el CSKA metiéndose de nuevo en el partido.
Tras casi 20 minutos sin interés, el equipo ruso se encontró con un gol -que introdujo Doumbia tras un pase de la muerte de Musa- que casi ni había buscado. Parecía mentiera, pero quedaba casi media hora por delante y volvía a haber algo en juego. Algo muy importante.
Aunque, en realidad, poco cambió. La escuadra inglesa tenía la pelota controlada y la moscovita apenas creaba peligro. Sólo un disparo muy desviado de Emerenko logró poner nervioso a Hart. Pero el gol de la sentencia citizen no llegaba. Y a este equipo en Europa todo se le viene en contra, y esta vez no fue diferente.
En el 84, Doumbia se dejaba caer en el área y el colegiado no lo dudaba. Penalti. Injusto, sí, pero no podía haber más justicia con el tanto del empate de Natcho. El Manchester City se dejó ir y tuvo su castigo. Porque, cuando quieres ser un equipo grande, no puedes dejarte llevar de estas maneras.
En los poco más de cinco minutos que quedaban, desbarajuste total y puntería cero. De hecho, Musa pudo incluso fructificar una remontada que hubiera dejado a Pellegrini en una muy mala situación, si es que no lo está ya. Al final no se movió más el marcador y el City se vuelve con un desastroso empate que complica muchísimo sus aspiraciones en la competición.
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