Los diablos rojos se imponen con comodidad (0 a 2) a un Stoke City que lleva dos meses sin ganar
El Manchester United ha dado un paso más para ganar su título 20 en liga tras su victoria hoy ante el Stoke City por 0 a 2. El conjunto de Alex Ferguson venía de perder el derby de Manchester, aunque con el resultado de hoy ha disipado todos los fantasmas de la temporada pasada, en la que el Manchester City hizo una espectacular remontada en las últimas jornadas para coronarse como campeón de la Premier.
El partido no podía empezar mejor para los diablos rojos. Michael Carrick, en la primera jugada peligrosa del partido, adelantó al líder en la salida de un córner, precisamente una de las especialidades del Stoke City, un equipo que confía ciegamente en el fútbol físico y directo. Sin embargo, los Potters iban a necesitar mucho más si querían plantar cara a un United que se mostró solvente y seguro durante todo el partido a medio gas.
Ferguson apostó de inicio por Van Persie y Chicharrito en la delantera, alejando una vez más a Rooney del área, más centrado en las labores de creación con Kagawa. Por su parte, Tony Pulis dejó a Peter Crouch en el banquillo, acompañando a un Michael Owen que se enfrentó por última vez en su carrera a sus ex compañeros.
Los minutos transcurrían y el Stoke no parecía reaccionar a pesar del empuje de su afición. Los dos meses que lleva si ganar el equipo rojiblanco le ha metido de lleno en la lucha por evitar el descenso, en la que están implicados diez equipos en unas cinco jornadas que se presentan apasionantes. Y es que, a falta un plan B, los Potters probaban a De Gea desde fuera del área sin mucho éxito, confirmando así sus problemas de cara al gol, donde es el peor equipo de la Premier.
No le sucede lo mismo a Robin Van Persie, quien transformó un penalti cometido a él mismo para finiquitar el partido. El holandés celebró su gol número 20 en liga con rabia, un gol que pone fin a su pequeña sequía y que puede valer el título de una liga.
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