El Teatro de los Sueños

Más de cien años de fútbol, más de cien años de historia. Old Trafford no necesita presentación alguna. Bombardeado durante la segunda Guerra Mundial, el mítico estadio del Manchester United fue sede de la Copa del Mundo de 1966 y acogió la Eurocopa de 1996 así como la final de la UEFA Champions League de 2003. Sueños que se hacen realidad, precisamente, en el Teatro de los Sueños

Muchas tardes de fútbol se han vivido (y se vivirán) sobre el césped de un estadio diferente a los demás. Un 19 de febrero de 1910, Old Trafford quedaba oficialmente inaugurado al celebrarse en él un partido de fútbol entre el equipo local, Manchester United, y el Liverpool FC. Nadie podría imaginar en aquel tiempo el papel y la importancia que iba a tener dicho estadio en la historia del deporte rey.

Muchos años y muchas remodelaciones ha sufrido este campo hasta presentar el aspecto que luce hoy día. Con capacidad para más de 76.000 personas, las gradas de Old Trafford crean un ambiente mágico cada vez que el balón comienza a rodar. Y no es para menos.

Custodiado en su exterior por tres estatuas de importancia similar a la del propio templo futbolístico, Matt Busby, George Best, Dennis Law y Bobby Charlton ("The United Trilogy"), y Sir Alex Ferguson, Old Trafford recibe iluminado majestuosamente a cualquier aficionado que se disponga a vivir algo excepcional.

Continuando con su historia, los bombardeos producidos en 1941, en plena Guerra Mundial, ocasionaron profundos daños en el estadio, que al ser de madera, se incendió, quedando sólo el túnel de vestuarios central, el cual dejó de usarse en la temporada 1992/1993. Como consecuencia de estos bombardeos, el club tuvo que trasladarse a Maine Road, sede entonces del Manchester City. Fue en 1949 cuando finalmente pudieron regresar a su casa.

Desde ese momento, y siguiendo con remodelaciones, Old Trafford comenzaría a vivir algunos de los acontecimientos más importantes del fútbol. En 1966 fue elegido sede del Mundial que se disputaría en Inglaterra y treinta años después, volvería a acoger un acontecimiento internacional, la Eurocopa de naciones. Mientras, el Manchester United seguía forjando su leyenda entre las cuatro gradas que encierran el terreno de juego.

Como todo gran estadio de fútbol, tiene sus propias características. Entre ellas, podemos mencionar sus conocidos y tradicionales banquillos insertados en la grada y al mismo nivel que los espectadores, el túnel de vestuarios tras uno de los córners o la 'Sir Alex Ferguson Stand'. Pero eso no es todo. Old Trafford cuenta con 165 palcos ejecutivos con capacidad para cinco, seis, ocho y diez personas cuyo precio está entre las 19.000 y 65.000 libras por temporada. La plataforma para personas discapacitadas cuenta con 104 espacios para aquellos aficionados que acuden en silla de ruedas. Hay que decir que el United no cobra a estos seguidores ni a sus acompañantes. La grada que el club ofrece a la afición visitante cuenta con 3.000 asientos para los encuentros de Premier League y hasta 9.000 en los partidos de FA Cup, número establecido por el propio reglamento de la competición. Por supuesto, sus vestuarios están al nivel de los mejores del mundo.

Y los grandes estadios, para las grandes finales. Y qué mayor final que la de la Champions League. Old Trafford vio cómo el AC Milan reinaba en Europa en 2003 al imponerse a la Juventus en la tanda de penaltis.

Probablemente y con el paso de los años, los estadios de fútbol se conviertan en maravillas arquitectónicas dignas de admirar. Lo que sí es cierto, es la certeza de saber que muy pocos tienen la historia y la magia de Old Trafford. Un lugar especial en el que vivir un juego, en el que poder alcanzar un objetivo y donde gritar gol se convierte en una explosión de júbilo entre sus aficionados. Desde Manchester, 'El Teatro de los Sueños'.