Empate justo en Carrow Road

El Norwich y el Swansea empataron (1-1) en un partido igualado, con continuas idas y venidas en el que cualquiera hubiera podido llevarse la victoria. Dyer adelantó a los de Laudrup y Hooper devolvió el empate al marcador con una gran volea antes del descanso.

Gary Hooper anota el empate | theguardian.com
Gary Hooper anota el empate | theguardian.com

Ambos equipos llegaban al partido con objetivos similares, alejarse definitivamente del descenso. Comenzó muy bien el partido el Swansea . Tocaba a su gusto y el Norwich solo podía encerrarse atrás. Pero paradójicamente, el gol llegó de un balón largo desde la defensa, que controló con dificultades Dyer y superó con una vaselina la mala salida de Ruddy. El gol despertó a los locales que comenzaron a estirarse y a acercarse a la portería de Vorm. Pero debido a las continuas imprecisiones no conseguían crearle mucho peligro. Solo en el largo descuento del primer tiempo, provocado por la lesión de Dyer,  fueron capaces de anotar. Balón largo que Elmander le dejaba con el pecho a Hooper para que este empalmará una gran volea que no pudo detener Vorm.

La segunda comenzó igual que la primera, con dominio absoluto de los visitantes. Pero, al igual que sucediera en la primera parte, el Norwich fue igualando el partido y en los minutos finales ambos tuvieron oportunidades para igualar el partido. Pero ni Hooper para los locales ni Bony para los visitantes aprovecharon sus ocasiones y el partido acabo en empate.

El empate sirve a ambos de poco. Ni Swansea ni Norwich consiguen alejarse definitivamente del descenso. La victoria hubiera sido clave para el Swansea ya que en la próximas jornadas tendrá que enfrentarse a rivales como  Chelsea, Everton o Manchester City. El Norwich por su parte mira más tranquilo al futuro, pues en la próximas cuatro jornadas se enfrentara a los tres equipos que ocupan plazas de descenso.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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