Fiasco inglés en Europa

No esperen aquí un frío fusilamiento a la Premier, ni es el momento, ni es necesario, no se lo merece. Simplemente queremos analizar el bajo rendimiento ofrecido en Europa por los equipos ingleses

Y no se lo merece porque en el fútbol existen las casualidades, y lo que ha pasado no es más que eso. No atraviesan su mejor momento los equipos ingleses, pero llegados a este punto nadie podía imaginar que el Chelsea, el City, o el Arsenal, estuvieran ya pensando sólo en los fines de semana, como unos quinceañeros. Maduras cuando no perdonas entre semana.

La Premier League se ha quedado sin representantes en cuartos de final de competiciones europeas por primera vez en 22 años (dato @2010misterchip). Y probablemente vuelvan a pasar otros tantos años para que un hecho así vuelva a suceder.

El Chelsea, uno de los máximos favoritos al título, sucumbió ante un buen PSG. Fue preso el Chelsea de su entrenador, de un Mourinho que jugó a lo que sabe, a lo que le ha funcionado, a lo que cada vez le funciona menos. Con un gran resultado en la ida, y con un hombre más casi todo el partido en Stamford Bridge, los de Londres se dedicaron a fumar y tomar vermú sentados atrás, simplemente esperando. Mientras, fuera, se libraba una guerra que ellos creían ganada, en la que dos brasileños se tornaron héroes. Pastore fue su Dios.

El City por su parte tuvo mala suerte. Fue en el sorteo. Luego, además, tuvo al Pellegrini acongojado, ese que no existe cuando los equipos a los que dirige tienen menos recursos. El chileno es peor entrenador cuanto mejor equipo tiene. En Manchester su equipo saltó al campo acomplejado, y el Barça es especialista en oler el miedo. Los tres de arriba son unos sabuesos, y Kompany y compañía no dan el nivel para intentar frenarlos. De lo de Demichelis no hablamos que me da la risa. Del que sí voy a hablar es de Milner, ¿alguien se lo imagina jugando en el Real Madrid? ¿Y en el Barça? No, yo tampoco. Tener a Milner en tu equipo siendo uno de los clubs más ricos del mundo es como ver a Amancio Ortega conduciendo un Seat Panda.

El Arsenal por su parte cayó eliminado por inconsciente, a los chicos de Wenger se les olvidó que esto es a doble partido. El 1-3 de la ida fue una losa demasiado grande para levantarla.

En la Europa League el último en caer ha sido el Everton, que pintaba bien. Bob Martínez ya se ha acostumbrado a la soga.

Nadie puede tener una explicación lógica a lo sucedido, lo más cerca de la lógica que yo encuentro es la casualidad. Algunos ahora hablan del calendario de la Premier, de su famosa Navidad; suena a excusa de todo a cien. Los entrenadores están también en el punto de mira; ésta tampoco la compro. Quizás no hayan tomado algunas buenas decisiones concretas, pero no los responsabilizaría del todo. Hay mucho más.

De las últimas 16 eliminatorias directas entre españoles e ingleses, en 15 de ellas el clasificado ha sido un equipo español (dato @2010misterchip).

Comparando nuestro fútbol con el inglés yo advierto dos diferencias notables. Los nuestros no muestran ese acusado bajo rendimiento cuando salen fuera de nuestras fronteras como si lo hacen los británicos. Por otro lado, lo que nos enamora de la Premier puede ser lo que los condena en Europa. Ese fútbol alocado en algunos momentos (Chelsea aparte), esa anarquía en muchos jugadores, esa indefinición en el estilo, eso cuesta eliminatorias.

Los jugadores: en España los tenemos mejores, de eso no me queda ninguna duda. Alexis, por ejemplo, se ha convertido en tan sólo unos meses en un referente de la Premier, un jugador que en Barcelona era un mero secundario. El nivel medio de los jugadores de la Premier es bueno, pero sigue sin haber excesivos jugadores sobresalientes, de los que al final resuelven partidos como si se tratase de acabar con el postre.

Con todo esto, la Premier sigue siendo el mejor producto futbolístico, el más rentable, el más atractivo para los aficionados de todo el mundo. El año que viene volverán. Seguro. Mientras, disfrutemos cada fin de semana de los Sterling, Agüero, Rooney, Cazorla y demás, que no es poco.