Ighalo y Deeney ensombrecen el debut de Hiddink

Partido de poder a poder (2-2) entre dos equipos que nunca rechazaron el enfrentamiento directo. Ambos conjuntos apostaron por el dominio del balón y el contragolpe durante todo el choque, aunque en algunas fases el rítmo bajó. Un doblete de Diego Costa y los goles de Ighalo y Deeney de penalti pusieron la emoción en el partido

 

Las miradas estaban hoy sobre Guus Hiddink, que volvía como técnico interino de los blues, sustituyendo a Jose Mourinho. El análisis que iba a hacer la afición sobre sus jugadores sería exahustivo, ya que, tras la salida del técnico portugués, el equipo jugó con solvencia contra el Sunderland la jornada pasada. Y es cierto que el equipo respondió. El juego tuvo más fluidez, más velocidad, mayor precisión. Los primeros diez minutos fueron claramente para los blues, que encerraron a los chicos de Quique Sánchez-Florez en su área. La presencia de Willian y Oscar, junto con la tenacidad de Diego Costa, pusieron en jaque en más de una vez a la pareja de centrales formada por Cathcart y Britos. Aunque ese dominio poco a poco se fue diluyendo. Los hornets, con Jurado como director de orquesta, repelieron a los hombres de Hiddink durante los siguientes diez minutos a base de contras y pases entre líneas, haciendo sufrir sobretodo a Cahill, que sin duda es uno de los jugadores del Chelsea que mas soprende su bajón con respecto al año pasado. En este intercambio de golpes, el caos reinó, con ocasiones para ambos equipos. Pero sin duda el arma ofensiva de este Chelsea tiene un nombre: Willian. Todo el fútbol pasó por sus botas y en el minuto 32, tras un buen corner botado por el brasileño, el balón lo cabeceó Terry en primera instancia. Y como un depredador, Diego Costa recogió el cabezazó y lo empotró con violencia a las redes de Heurelho Gomes. Remate inapelable y premio más que merecido para los blues. Aunque Matic se encargó de fastidiarlo, ya que en el minuto 42, tras un córner botado por Jurado, el serbio despejó con la mano. Una acción inusual y estúpida que le costó un penalti en contra a su equipo que se encargó de transformar Deeney con solvencia.

Tras el descanso, Hiddink dio entrada a Mikel por un completamente desaparecido Fábregas, aunque tampoco el nigeriano mejoró la situación. El Chelsea se iba desmoronando poco a poco hasta que en el minuto 57, una mala acción defensiva de los locales permitió a Odion Ighalo marcar su gol 13 en 18 partidos tras un duro disparo que tocó ligeramente Cahill, engañando por completo a Courtois. El partido se ponía completamente cuesta arriba y la grada comenzó a entonar el nombre de Jose Mourinho con mayor fuerza. No está claro si esto motivó a los jugadores (el canto o el gol en contra) aunque lo que si que es cierto es que el Chelsea despertó de su letargo y tras un pase de antología de Willian, Diego Costa marcaba de nuevo a Gomes tras dejarlo sentado con una definición brillante en el minuto 65. El Bridge comenzó a vibrar de nuevo con su equipo, viendo que poco a poco el Watford se encerraba solo. Sánchez-Florez comenzó a hacer cambios defensivos, viendo el panorama. Y uno de esos cambios, Valon Behrami, a punto estuvo de echarlo todo a perder tras un penalti sobre Hazard en el minuto 80, que ingresó por Pedro en medio de una ovación. El penalti lo pidió Diego Costa para cerrar su hattrick, pero fue Oscar quien lo ejecutó. Y lo mandó fuera del estadio. En ese momento el partido terminó, con ambos equipos medianamente satisfechos con el empate. A Guus Hiddink le queda mucho trabajo por hacer.

FICHA TÉCNICA:

CHELSEA: Courtois; Ivanovic, Cahill, Terry (c), Azpilicueta; Fabregas (Mikel, min 45), Matic; Willian, Oscar, Pedro (Hazard, min 75), Diego Costa.

WATFORD: Gomes ; Nyom, Britos, Cathcart, Holebas; Capoue, Watson; Abdi (Behrami, min 69), Deeney (Guedioura, min 90), Jurado (Anya, min 73); Ighalo.

GOLES: Diego Costa (min 32 y 65); Deeney (penalti, min 42), Ighalo (min 57)

ESTADIO: Stamford Bridge

¿Te ha gustado nuestro contenido?

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir

Usamos cookies Más información