La debacle de Villas-Boas

Tras un gran temporada 2012/13 en la que colocó al Tottenham quinto, a solo un  punto de la Champions y consiguiendo el mayor número de puntos en la historia del equipo, André Villas-Boas afrontaba su segunda temporada al mando del equipo londinense con ilusión.

Villas-Boas mira el marcador de White Hart Line | theguardian.com
Villas-Boas mira el marcador de White Hart Line | theguardian.com

A pesar de la venta de la estrella del equipo, Gareth Bale, el equipo continuaba con sus aspiraciones intactas y aspiraba a mejorar el exitoso año anterior. Para ello se reinvirtió el dinero obtenido por Bale en jugadores de la talla de Soldado, Lamela, Eriksen o Paulinho de modo que el equipo se reforzó con jugadores de calidad en todas las posiciones.

El inicio fue el esperado. El equipo se situaba en las primeras plazas tras ganar cuatro de los primeros cinco partidos. Solo una derrota ante el intratable Arsenal le privaba del pleno de victorias. Tras un meritorio empate ante el Chelsea, el equipo de Villas-Boas sufrió su primer batacazo cayendo en casa ante el West Ham (0-3). Pero pareció tan solo un partido aislado, tras enderezar el rumbo con dos nuevas victorias que le volvían a colocar en lo alto de la clasificación.

Pero a partir de ese momento, principios de noviembre, comenzó la debacle. Cuatro jornadas sin ganar, incluida una bochornosa derrota ante el Manchester City (6-0) fueron las culpables de que la situación de Vilas-Voas comenzará a peligrar. El equipo no carburaba y Villas-Boas no era capaz de revertir la situación. Volvió a la senda de la victoria con dos triunfos agónicos a domicilio ante Fulham y Sunderland, pero las críticas continuaban. El equipo ganaba más por las individualidades de sus estrellas que por su juego. Le costaba dominar los partidos, y en defensa se mostraban excesivamente blandos, concediendo demasiadas ocasiones por partido. El detonante definitivo fue la humillante derrota que sufrió en la última jornada ante el Liverpool (0-5) en White Hart Line. La paciencia de los directivos se acabó, porque cada vez estaban más alejados de los objetivos, y fue destituido este lunes.

Es cierto que el Tottenham se encuentra a solo 5 puntos de los puestos de Champions y que ha superado la fase de grupos de la Europa League con pleno de victorias. Pero la verdad es que gana los partidos más por las individualidades de sus estrellas, que por su juego fluido y de equipo. Eso sirve para vencer a los rivales débiles y por ello el principal problema de Villas-Boas ha sido que no conseguido ganar a ningún equipo que este más arriba del décimo puesto en la clasificación. Si a esto le sumamos que es el quinto equipo menos goleador y uno de los más goleados, queda demostrado que los puntos no siempre reflejan la verdadera realidad de un equipo. El hecho de que no hayan ganado a ningún equipo de la primera mitad de la tabla (a excepción del Swansea) y el pobre juego ofrecido han sido los detonantes de la destitución.

La lista de sustitutos es larguísima y suena con fuerza el nombre de Capello, pero tan solo son rumores. El culebrón está servido.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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