Con el despido de Laudrup en el Swansea se confirma una nueva tendencia en la Premier League: el baile de entrenadores
Inglaterra ya no es el jardín del edén para los entrenadores. Todo empezó con Sir Alex Ferguson, quién tras 27 años al servicio del Manchester United, abandonó por voluntad propia los banquillos para dar paso a su compatriota David Moyes. Ferguson fue y es un ejemplo para cualquier coach que aspira a marcar una época en un club: lo intentó Pep Guardiola en el Barcelona, se habla de Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid.
Por su parte, Michael Laudrup no pudo ni planteárselo en el Swansea. Después de un año y medio con los cisnes, el danés fue despedido tras acumular seis derrotas en ocho partidos. “Es la primera vez en casi diez años en la que este equipo acaba así su relación con un entrenador, pero debíamos acabar con la incertidumbre que rodea al club”, dijo Huw Jenkins, presidente del Swansea. Cabe recordar que Laudrup conquistó la Copa de la Liga en 2013, el primer título de la historia del equipo galés.
Antes de Laudrup y en lo que va de temporada, Steve Clarke (West Bromwich), Villas – Boas (Tottenham), Di Canio (Sunderland), Matin Jol (Fulham) e Ian Holloway (Crystal Palace) se quedaron sin trabajo. Y en verano, además de Moyes, entrenadores de la talla de Mourinho (Chelsea), Pellegrini (Manchester City) llegaron a la Premier para acompañar a Roberto Martínez (Everton) y sustituir a Rafa Benítez y Robeto Mancini.
¿A qué se debe este baile de entrenadores? Podemos hablar de las exigencias de nuevos inversores, de la influencia de otras ligas como la española, de una nueva afición o de que la Premier League es más competitiva que nunca, pero aunque favorezca a los periódicos por la acumulación de noticias, es una tendencia peligrosa en el fútbol inglés, donde el único baile era, desde siempre, el del balón.
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