Este martes a las 20:45 horas viviremos un apasionante Liverpool – Roma en Anfield, en el partido que corresponde a las semifinales de la UEFA Champions League. Pero hace 34 años vivíamos otro duelo entre ingleses e italianos aún más apasionante, nada más y nada menos que en una final de la máxima competición europea.
El camino de ambos equipos hacia la final fue bastante distinto. Mientras que el Liverpool se enfrentó al Athletic Club (campeón español) en octavos de final, al Benfica (campeón portugués) en cuartos de final y al Dinamo de Bucarest (campeón rumano) en semifinales, la AS Roma se cruzó con el CSKA de Sofia (campeón búlgaro) en octavos, el Dinamo de Berlín (campeón de la antigua RDA) en cuartos y al Dundee United (campeón escocés) en semifinales. Por el camino (octavos de final) se quedó el Hamburgo, vigente campeón de la competición, el Ajax de Amsterdam o el Nantes (dieciseisavos de final).
El escenario no podía ser más intimidante para el cuadro dirigido por Joe Fagan, nada más y nada menos que el Estadio Olímpico de Roma. El destino había querido que la AS Roma llegará a la final en su propio estadio, y el cuadro romano no quería dejar pasar la oportunidad para alzarse con su primera Copa de Europa. Nunca un equipo había perdido una final de Copa de Europa en su propio estadio.
Además, los once jugadores que tenía enfrente también daban miedo. Bajo los palos Franco Tancredi que más tarde fue convocado con Italia para el Mundial 1986, Ubaldo Righetti, ganador del Trofeo Bravo (mejor jugador europeo Sub'21) ese 1984, Roberto Pruzzo (máximo goleador del Calcio en 3 ocasiones), Bruno Conti y Francesco Graziani (campeones del Mundo en 1982) y su maravillosa dupla de brasileños, Paulo Roberto Falcao y Toninho Cerezo. Todos ellos dirigidos por Nils Liedhom, una leyenda del fútbol mundial y más concretamente del fútbol italiano. Campeón olímpico con Suecia en 1948, de 2 Ligas suecas y de 4 Scudettos con el AC Milán, e integrante de la famosa delantera milanista Gre-No-Lin (formada por tres suecos, Gunnar Gren, Gunnar Nordhal y el propio Liedhom)
El Liverpool llegaba para completar una década maravillosa para ellos en particular y para el fútbol inglés en general. Seis títulos ingleses en siete años, tres para los reds, dos para el Nottingham Forest de Brian Clough y uno para el Aston Villa. Solo el Hamburgo había podido plantar cara a los equipos de la Premier League. A pesar de todo, el equipo red llegaba a la final de una manera muy relajada, ya que como Michael Robinson reconoció, habían tenido alguna juerga de más en la preparación de esta final.
En el once titular varios supervivientes del título de 1981 hacían la base del equipo, como el gran Kenny Dalglish, Graeme Souness, Phil Neal, Sammy Lee, Alan Hansen o Alan Kennedy, pero también con jugadores clave como Bruce Grobbelaar o Ian Rush debutaban en estas lides.
El partido comenzó con la AS Roma dominando el juego y con el Liverpool conteniendo los ataques y aguantando el resultado. A pesar de esto, llegado el minuto 15 el equipo red se ponía por delante en el marcador con un gol de Phil Neal. Dos minutos más tarde Graeme Souness marcaba el 2-0, pero el árbitro estimó que hubo fuera de juego en la jugada. En el minuto 27 la AS Roma tuvo su primera gran ocasión del partido con un penalty a su favor, pero Bruno Conti envió el balón a las manos de Bruce Grobbelaar desperdiciando así poder empatar la final. Poco antes del descanso, exactamente en el minuto 42, la Roma si podía igualar en encuentro. El mismo Bruno Conti centró desde la banda izquierda encontrando a Roberto Pruzzo, cuyo cabezazo se iba al fondo de la portería red. Por delante 45 minutos apasionantes de final.
La segunda parte comenzó con una AS Roma dominadora y con sus dos brasileños llevando la manija del juego, pero incapaz de batir la portería red. Poco a poco su dominio se fue apagando, y más cuando veían que el Liverpool también llevaba cierto peligro a la portería de Franco Tancredi, conformándose con la prórroga. Una prórroga donde solo Bruno Conti tuvo una ocasión de peligro real.
Llegado el 1-1 la final se fue a los penaltis, siendo la primera final de Copa de Europa que se iba a decidir en una tanda desde los once metros. Empezó el Liverpool la tanda con mala fortuna, ya que Steve Nicol erró el primer lanzamiento, mientras que Agostino Di Bartolomei convirtió el suyo. Después de esto, los cuatro jugadores reds encargados de tirar penaltis (Phil Neal, Graeme Souness, Ian Rush y Alan Kennedy) convirtieron sus lanzamientos, mientras que en la AS Roma Bruno Conti volvía a errar, Ubaldo Righetti convertía el suyo y Francesco Graziani fallaba el definitivo. Una tanda de penaltis que nos dejó en la retina el baile de Bruce Grobbelaar.
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Una derrota que pasó factura a la propia AS Roma no volviendo a jugar una final europea y que no volvió a levantar un Scudetto hasta la temporada 2000-01 con una generación de jugadores excepcionales como Francesco Totti, Gabriel Batistuta o Cafu dirigidos desde el banquillo por Fabio Capello. Y no solo a la AS Roma le pasó factura este partido, si no que Agostino Di Bartolomei no supo superar este momento y su retirada del fútbol, decidiendo suicidarse el 30 de mayo de 1994, exactamente 10 años después de la final.
El Liverpool repitió final la temporada siguiente frente a la Juventus (victoria italiana por 1-0), en un partido con infausto recuerdo para el mundo del fútbol, debido a la violencia ejercida por los hooligans ingleses, dejando un balance de 39 muertos y 600 heridos en el estadio belga de Heysel. A partir de ahí el Liverpool recibió una sanción de 10 años sin poder jugar competiciones europeas (rebajada a 6 años) y los equipos ingleses otra de 5 años, cortando así el dominio de los equipos de la Premier League en la Copa de Europa.
34 años después ambos equipos se vuelven a cruzar en semifinales de Copa de Europa. Dos equipos que en 1984 partían como favoritos en la competición este año no contaban en muchas quinielas, pero uno de las dos instituciones jugará la gran final de Kiev.
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