Los cisnes mandan en Gales

Brillante victoria del Swansea (3-0) ante un inoperante Cardiff en el derbi de Gales. El debut de Garry Monk no pudo salir mejor, con su equipo rozando el sesenta por ciento de posesión y el noventa por ciento en efectividad de pase. Solskjaer no supo leer bien el planteamiento y solo pudo mirar como su equipo era barrido del campo. Los goles locales fueron para Routledge, Dyer y Bony. El español Pablo Hernández salió en la segunda mitad y revolucionó por completo el encuentro, dando dos asistencias.

 

Como no podía ser de otra manera, el derbi del sur de Gales no decepcionó. La primera parte fue muy espesa, con el Swansea al mando del partido pero sin acierto de cara a puerta. Monk, el nuevo técnico de los cisnes, dejó los primeros trazos de lo que será su equipo. Dyer y Routledge, los extremos, fueron esenciales a la hora de perforar las bandas de un Cardiff que en muy pocos momentos creó peligro de gol. De hecho se fue del Liberty Stadium tirando tan solo una vez a puerta. Pauperrimo balance para un equipo que está en caida libre y que tiene más pinta de Championship en estos momentos que de la Premier.

También habría que destacar la labor muy trabajada de Britton y De Guzman, que batallearon durante todo el partido en la medular, siendo la cabeza de playa del ataque de los cisnes. Wilfried Bony creaba problemas a Caulker y Turner cada vez que encaraba, pero durante la primera mitad su pólvora estuvo mojada. La lluvia caía con fuerza en Swansea y Monk dio luz verde para que ingresase Pablo Hernández. La decisión la recordará durante toda su vida. El español, a los 45 segundos de entrar, cedió un balón perfecto entre líneas para que Routledge se fuese de Fabio con mucha facilidad. El extremo no dudó y la clavó al palo contrario de Marshall. El gol era balsámico, puesto que el Swansea no está en un gran momento. También les alejaba del descenso, que acechaba a la vuelta de la esquina. Y sobre todo porque el gol era contra el rival más acérrimo. Tras el gol, el Cardiff intentó igualar el marcador, tarea casi imposible ante un rival totalmente enchufado. Bellamy tuvo la más clara estrellando un trallazo al larguero pero nada más. En el minuto 79, Routledge le puso un centro de escándalo a Dyer, que remató con pundonor en plancha. El 2-0 ya era insalvable y los jugadores del Cardiff bajaron los brazos. Siete minutos después, Hernández botaría una falta sensacional para que Bony, sin oposición, se apuntase el tercer tanto y cerrase definitivamente el partido.

Debut perfecto de Monk y los cisnes se alejan cuatro puntos del descenso. El Cardiff sigue en caida libre y no parece que en principio vaya a mejor la cosa. Veremos.

 

 

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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