Antagónicas en un principio, la alegría y la decepción son dos sensaciones que se acercan mucho cuando hablamos de fútbol. Gracias a la magia de este deporte, cualquier pequeño detalle puede decantar la balanza de un lado o de otro. El éxito de unos conlleva el fracaso de otros y depende de las pequeñas cosas, de un azar que juega a su antojo cual chiquillo con la felicidad de miles de hinchas que van a hipotecar su estado de ánimo a los resultados.
Cuando se acerca el final de temporada, las emociones se acentúan y los contrastes se multiplican. Mientras equipos sonríen por haber conseguido la clasificación para la Champions, la Europa League, la salvación, o sobre todo por haber conseguido el título de Liga, otros se decepcionan por no haber podido alcanzar las metas programadas al inicio de la temporada o en el peor de los casos lloran por el irremediable descenso de sus equipos. En este 2013- 2014, Norwich, Cardiff y Fulham dejan su vacante en la Premier a Leicester, Burnley y otro acompañante aún por decidir.
Las campañas de los tres equipos colistas de la categoría han sido diferentes pero marcadas por un denominador común, la inestabilidad en los banquillos. El primero en descender, el Fulham, inició la campaña de forma decepcionante con 10 puntos en los primeros 18 partidos. Como no podía ser de otra forma estos datos conllevaron la destitución de su técnico Martin Jol en noviembre, ya que se consideraba intolerable el pobre rendimiento del equipo tras las ilusionantes incorporaciones de Maarten Steckelenburg y Scott Parker, junto con la cesión de Darren Bent, procedente del Aston Vila, en verano. Tras el mal arranque los cottagers dieron las riendas de forma interina a René Meulensteen, un antiguo servidor de Sir Alex Ferguson en Old Trafford, y gracias a la entrada de capital por el fichaje de Dimitar Berbatov al multimillonario Mónaco, se pudo invirtir en otra oleada de fichajes para llevar al club donde se merecía. Llegaron así Konstantinos Mitroglu, que venía de hacer una gran primera fase de la Champions con el Olympiacos de Míchel, John Heitinga, que no disponía de minutos en Goodison Park, y se consiguieron las cesiones de Lewis Holtby para aportar la magia y William Kvist el músculo. En resumen, una plantilla muy completa y del agrado del técnico elegido para acabar la temporada: Felix Magath. Puede que por el baile de entrenadores, por la mala gestión de la plantilla o por mala suerte, pero ni los fichajes acabaron rindiendo ni el técnico alemán consiguió dar con la tecla. Parece que en toda la institución sólo el expropietario Al Fayed sabe el porqué del descenso: la retirada de la estatua de Michael Jackson que él mismo puso en la entrada de Craven Cottage.
Para el Cardiff la temporada no ha sido menos convulsa en cuanto al equipo se refiere pero ha sido fuera del campo, en los despachos, donde ha reinado el caos. Con la afición en su contra pese a subir al equipo por primera vez a la Premier League, Vincent Tan, propietario malasio de los bluebirds, provocó la ira de la afición a media temporada cuando tomó la decisión de relevar a un técnico muy querido en Cardiff, Malky Mackay. Pese al revuelo que se organizó, su sustituto, Ole Gunnar Solskjaer, y los fichajes en invierno de Mats Daehli, procedente del Molde, y la cesión de Wilfried Zaha, ilusionaron a una afición que, entonces sí, creía en la verdadera solidez de un equipo con grandes jugadores como David Marshall, Steven Caulker o Jordan Mutch. Pero pese a la ilusión del noruego en su primera gran andadura en los banquillos y a la también buena temporada de Frazer Campbell, el equipo galés pecó de inexperto en un campeonato que se le hizo muy largo en su conjunto. La decepción: Wilfried Zaha.
Por último, en Norwich, tras un par de años de buenos resultados, nadie esperaba un descenso tan cruel. El diagnóstico del problema era fácil y se basaba en la suma de dos factores: la falta de gol y la debilidad defensiva. El primer problema se detectó tras la marchar de Grant Holt, ya que el ariete dejaba al conjunto huérfano en ataque y se decidió invertir dinero en esta posición. En verano se consiguió juntar en Carrow Road a un trío atacante de renombre: Ricky van Wolfswinkel, Johan Elmander y sobretodo Gary Hooper, formaban sobre el papel una de las mejores delanteras que se han visto en Norwich, pero los 7 goles que han sumado entre los tres han sido algo más que un pobre bagaje comparado con la ilusión que generaron. Además, para el segundo problema no se tomaron tantas precauciones y se confió en los nombres disponibles, pero la temporada de los Michael Turner, Russell Martin o Sebastian Bassong ha estado muy por debajo de su nivel esperado. Pese a todo, el equipo estuvo pocas jornadas en zona de descenso y fue solo en el momento en que el Sunderland jugó sus partidos aplazados cuando los canaries empezaron a temer lo peor. La temporada del equipo de Chris Hughton fue en general decepcionante y su despido una obviedad. Niel Adams se hizo en abril con las riendas de un equipo que deambulaba sin rumbo en los últimos encuentros disputados. El técnico que llevó al conjunto sub 18 del Norwich a vencer la FA Youth Cup del año pasado se estrenaba en un banquillo Premier pero no pudo con el objetivo de la afición de Carrow Road. La zurda de Robert Snodgrass y las paradas de John Ruddy son los únicos destellos que si permanecen en el equipo permitirán soñar al conjunto amarillo con volver pronto a la máxima categoría del fútbol inglés.
En definitiva, Fulham, Cardiff y Norwich han vivido en sus carnes el mal trago de descender y han permitido celebrar la salvación a otros equipos implicados como West Bromwich, Sunderland o Crystal Palace. Decepción para unos y alegría para otros, pero la vida es así y eso en Inglaterra lo saben. Allí, las decepciones duran momentos, pueden ser más largas o más cortas, pero en seguida se rearman, pelean y vuelven a enganchar a aficionados dispuestos siempre a apoyar a sus equipos en Premier, Championship o por qué no en League One o League Two. Allí, las aficiones son fieles y los descensos puros trámites para volver a levantarse y pelear otra vez.
Twitter: @ProyectoPremier, @marcterres
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