El Liverpool de Brendan Rodgers tiene ocho jornadas para meterse en puestos de Liga de Campeones, una tarea a priori complicada debido a la última derrota contra el United y la diferencia de cinco puntos con este. Pero si en algo destacan los reds es en la épica y no se rendirán hasta el último segundo. Vamos con el calendario que les queda.
Los hombres de Rodgers tienen un calendario que no es ni mucho menos asequible. Tras el parón de selecciones se tendrán que medir en el Emirates Stadium al Arsenal de Wenger, que lleva sumando puntos de tres en tres y ya va tercero en la Premier acechando al Manchester City. Después de visitar a los gunners pasa un poco la tormenta y los reds tendrán que afrontar dos compromisos en Anfield y dos fuera. En casa recibirán al Newcastle y al QPR, rivales contra los que debería ganar sin discusión si pretenden escalar puestos en la tabla. Los otros dos compromisos fuera de casa son contra el Hull y el WBA, equipos asequibles pero que se hacen fuertes jugando en casa. Les tocará ponerse el mono de trabajo a los de Liverpool.
Tras el enfrentamiento contra el QPR en Anfield los reds visitarán a un Chelsea en Stamford Bridge que podría ser ya campeón de la Premier por esos momentos y beneficiaría al Liverpool para sacar los tres puntos. Una vez finalizada la jornada en el Bridge quedarían dos partidos más, uno en Anfield contra el Crystal Palace y otro en el Britannia Stadium contra el Stoke City. A falta de esas dos jornadas tanto el Palace como el Stoke estarían más que salvados por lo que no sería ningún reto sumar los seis puntos restantes.
En definitiva, salvo los compromisos contra el Chelsea y el Arsenal que a priori se antojan duros, el Liverpool debería poder sacar una gran cantidad de puntos de las jornadas restantes para poder soñar con meterse en Liga de Campeones por segunda temporada consecutiva.
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