El Everton no aprovecha el pinchazo del Liverpool y empata (1 - 1) ante un voluntarioso West Brom que pudo llevarse el partido en la segunda mitad
Si Pepe Mel quiere tener éxito en la Premier League, no podía elegir mejor rival para debutar que el Everton de Roberto Martínez, un entrenador que ha triunfado en equipos modestos (Swansea y Wigan) y que ha visto en los “toffees” un premio a su labor y esfuerzo. Pepe, por su parte, ha desarrollado toda su carrera en España, y aunque su inglés sea “nivel Ana Botella, pero mejorando”, como él mismo afirmó, no cabe duda de que sabe mucho de fútbol.
Y hoy tocaba demostrarlo. El encuentro no tenía el atractivo de un Chelsea – Manchester United, pero se jugaban muchas cosas: distanciarse de los puestos de descenso por un lado y conseguir entrar en zona Champions por otro. El Everton se presentaba con un Lukaku más maduro, quizá por su nuevo corte de pelo y con la velocidad por las bandas de Baines, Coleman, Oviedo y Mirallas, rápidos, incisivos y goleadores. Precisamente fue Mirallas quien, tras asistencia de su compatriota belga Lukaku, adelantó a los "toffes" en el 41´. 0 a 1. Golpe psicológico a un West Brom que no había hecho mal partido, pero tenía enfrente a un rival, por entonces, de Champions.
El éxito del Everton radica fundamentalmente en su fortaleza defensiva. A pesar de contar un portero siempre cuestionado (Howard) es el equipo menos goleado de la Premier junto al Arsenal. Sin embargo, tenía enfrente a un equipo voluntarioso con la presión e intensidad que caracteriza a Pepe Mel, gracias a la cual empató el partido a falta de quince minutos para el final con un golazo de cabeza de Lugano. 1- 1. Los locales, contagiados de la valentía de su entrenador, se lanzaron a por la victoria, un premio mayor y excesivo para la primera prueba de Mel, aunque llegará en las próximas jornadas gracias a su experiencia y calidad como técnico. De momento, ya ha conseguido alejar al Everton de la Champions. Primer paso.
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