El Tottenham se mantiene con opciones de ser campeón de la Premier después de su victoria ante el Manchester United. Los de Mauricio Pochettino esperaron hasta la segunda parte, en la que seis minutos de locura les permitieron marcar tres goles. El 3-0 final mantiene a los Spurs a siete puntos del liderato y complica mucho a los de Van Gaal en su lucha por la cuarta plaza.
Muchas consecuencias trae el resultado cosechado en White Hart Lane. En primer lugar, el Tottenham tenía que vencer después de haberlo hecho el Leicester a mediodía en el campo del Sunderland (0-2) si quería mantener opciones de ganar la Premier, aunque a cada semana que pasa parece más difícil que se les vaya a escapar a los de Ranieri. Por otro lado, el Manchester United también necesitaba los tres puntos para acechar al cuarto puesto de su vecino Manchester City. Los red devils están muy lejos de repetir participación en la Champions la próxima temporada. Sí está asegurada la presencia del Leicester, clasificado matemáticamente gracias al triunfo de su rival más directo.
La tarde fue rara en el norte de Londres. Comenzó con un retraso de media hora debido a un atasco de tráfico en la capital de Inglaterra que afectó a la llegada del United al estadio. Continuó con un primer tiempo en el que el cuadro que dirige Louis Van Gaal tuvo mucho la pelota, pero sin llegadas claras. El Manchester acaparó la posesión, como el niño que se niega a compartir su juguete nuevo con su compañero. Superiores los visitantes en la primera parte.
Aun así, las mejores ocasiones fueron para el Tottenham. Eriksen lideró el ataque londinense con sus pases precisos, centros medidos y varios disparos desde media distancia que hicieron sudar a De Gea. El primero de ellos, a los 25 minutos, salió desviado por poco al no conseguir suficiente rosca. Poco después, un buen centro del danés desde la banda diestra lo remató Lamela solo en el área pequeña. El cabezazo del argentino se fue a escasos centímetros del palo derecho de la portería de De Gea. Fueron momentos en los que los Spurs, con más oficio que fútbol, se animaron y pudieron adelantarse.
No ocurrió mucho más en una primera mitad intensa, con mucha posesión del United y pocas oportunidades. Lo mejor estaba por llegar. Van Gaal hizo de las suyas en el descanso. El técnico holandés del United sorprendió con uno de esos cambios sólo interpretables por él y (quizá) por sus ayudantes. Retiró al joven delantero Rashford, por él entró Ashley Young. Fue el inglés y no Martial, que siguió escorado a la izquierda, el que ocupó su sitio. El francés fue el autor de una de las mejores acciones individuales del encuentro, de etiqueta propia. El ex del Mónaco recibió un balón en el costado zurdo e inició una carrera en diagonal que finalizó con un disparo duro muy centrado que despejó Lloris. Antes, De Gea había sacado un golpeo seco de Eriksen y un disparo a la mediavuelta de Kane. Las especialidades de todo el mundo, para resumir.
La segunda parte fue más entretenida, con más alternativas y espacios. Habrá un futbolista que guarde de ella un recuerdo funesto. Darmian entró sustituyendo en el lateral derecho del United al lesionado Fosu-Mensah (buena actuación la suya) y sus minutos en el campo coincidieron con la locura que hizo ganar al Tottenham. A los setenta minutos, Eriksen recibió en la izquierda un gran pase al espacio de Kane. El envío del danés encontró a Dele Alli, desaparecido hasta entonces, entre el punto de penalti y el área pequeña. El mediapunta inglés no perdonó en el mano a mano con De Gea. Su remate con la diestra acabó en gol.
Sólo tres minutos después, Lamela ejecutó una falta con un centro magnífico al interior del área. Daba pena no rematar un lanzamiento tan bueno. Alderweireld se encargó de cabecear el esférico y de ponerlo lejos del alcance de De Gea. Sin tiempo para saborear el tanto o encajar el mazazo, otro centro de Eriksen desde la izquierda lo remató Lamela para subir el tercero al luminoso.
La recta final nos mostró a un Manchester United descompuesto y superado por los acontecimientos. Desde el amago de pelea de Walker y un impotente Memphis Depay, al que Van Gaal hizo el favor de meter en el campo con el 3-0 en el marcador, hasta una entrada desmedida de Young. Prueba de los tiempos de confusión que se viven por Old Trafford. White Hart Lane, en cambio, festejó una victoria que deja al Tottenham con opciones de salir campeón.
Tottenham Hotspur (3): Lloris; Walker, Alderweireld, Vertonghen, Rose; Dier, Dembele; Lamela (Chadli, m.86), Alli (Mason, m.92), Eriksen; Kane (Son, m.88).
Manchester United (0): De Gea; Fosu-Mensah (Darmian, m.67), Smalling, Blind, Rojo; Carrick, Schneiderlin; Mata (Memphis, m.76), Lingard, Martial; Rashford (Young, m.46).
Goles: 1-0, m.70: Alli. 2-0, m.73: Alderweireld. 3-0, m.76: Lamela.
Árbitro: Mike Dean. Amonestó a Rose, Walker y Alli por el Tottenham; a Darmian, Memphis y Young por el Manchester United.
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