Raheem Sterling, un jamaicano que a los cinco años emigró a Inglaterra, es una de las sensaciones de la Premier League
Cuando en el minuto 51 Raheem Sterling (8 de diciembre de 1994) consiguió el quinto gol del Liverpool ante el Arsenal, el extremo jamaicano-inglés lo celebró en el córner llevándose las manos a la cara. No es para menos, el jovencísimo jugador red se marcó un partidazo con un doblete que confirma su excelente temporada. De hecho, su entrenador, Brendan Rodgers confesó que actualmente es el mejor extremo de la Premier League.
Sterling refleja perfectamente lo que Rodgers quiere en el campo: movilidad, fluidez y juego asociativo. Pero por encima de todo, es un jugador descarado. No tanto como Luís Suárez, quién a veces supera los límites, pero sí lo suficiente como para encarar al rival, regatearlo una y otra vez y ser letal en los contraataques. Algo así como Marc Overmars.
A sus 19 años, Sterling necesita madurez, más fortaleza física, disciplina y tranquilidad. Pero tiene tiempo para aprenderlo y a un entrenador que confía en él desde el primer día. Y cuando tenga estas cualidades se hará dueño de la banda derecha de la selección inglesa, muy necesitada de jóvenes y ambiciosos talentos.
Cuenta su círculo más cercano que uno de sus profesores de escuela le pronosticó, cuando tenía 10 años, que jugaría para Inglaterra o terminaría en la cárcel. Sterling, el Usain Bolt del Liverpool, de momento va por buen camino. Y muy rápido.
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