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Un punto para Chelsea y Everton tras una segunda parte de película

Increíble 3-3 entre los blues y los de Martínez, que hoy cumplía 250 partidos en Premier, tras un partido que arrancó sin ritmo pero que acabó con una segunda mitad frenética. Dominio repartido entre ambos en un encuentro en el que el Chelsea resucitó cuando menos se esperaba. Emoción, goles y polémica en un choque que, al final, no decepcionó.

El Chelsea - Everton prometía ser un partido de los gordos. Pese a ello, la primera parte nos dejó la sensación de que, una vez más, volveríamos a ver esa versión triste y sin ideas de un Chelsea sin líder frente a un Everton que sólo se atrevía a salir y a intentar generar miedo al espacio. Stones y Jaglielka por un lado y Terry y Zouma por el otro, juntamente con los porteros, fueron los grandes protagonistas de unos primeros 45' en los que ni Diego Costa ni Lukaku, que llegaba en un momento descomunal, encontraron su sitio en el campo. Contadas ocasiones de peligro y pocas acciones vistosas. Sólo Barkley, para los visitantes, lograba enlazar jugadas de desequilibrio para los suyos pero no bastó. 0-0 al descanso con la necesidad de algún gol que rompiera el encuentro y aumentara el ritmo.

Tras el parón, el Everton dio un paso al frente y salió buscando generar peligro cerca de la meta de Courtois. Mirallas, Barkley y el propio Lukaku se encontraron con más frecuencia y asediaron la portería del portero belga. Poco tardó en llegar el primer tanto de una segunda parte totalmente loca. Baines recibió en un costado y su centró acabó pegando en Terry antes de ir al fondo de la red. El Everton empezó a volar y el Chelsea se hundió de tal forma que pronto llegó el 0-2 tras una fantástica acción de Mirallas. La cosa pintaba mal para los de Hiddink y el equipo pedía a gritos la figura de un hombre que diera pausa y generara algo de fútbol. Fábregas retrasó su posición cuando todo parecía perdido pero el ajuste funcionó. A partir de ahí, todo cambió. Los de Stamford Bridge empezaron a dominar a través de la posesión y, por suerte, se encontraron con un rápido gol de Diego Costa tras una acción en la que le ganó la espalda a la defensa de los de Liverpool. El 1-2 en el electrónico hizo creer a los blues.

Volvía a haber partido y Fábregas se encargó de corroborarlo pocos segundos después del gol de su compañero. Precisamente una buena jugada junto a Costa le dejó solo en el área y, tras golpear en un defensa, su disparo acabó dentro de la portería de Howard. Restaban más de 20 minutos y parecía imposible que no fueran a ocurrir más cosas en un partido que había cambiado por completo tras el descanso. El Chelsea seguía dominando y la pareja ofensiva española mandaba sobre el césped hasta que, en cosa de pocos minutos, dos lesiones lo transformaron todo. Oviedo, el lateral del Everton, se rompió y su sustitución provocó un parón que enfrío y calmó al conjunto local. Además, Rémy tuvo que sustituir a Diego Costa, que se marchó con molestias tras su gran segunda parte. Los papeles, tras ambos accidentes, se volvieron a intercambiar y el Everton volvió a pisar área rival durante los instantes finales. El 2-2 parecía bueno para ambos pero en el 93', tras un centro de Deulofeu, que volvió a asistir, Funes Mori remató sin oposición logrando un 2-3 que parecía definitivo y que silenció por completo al estadio londinense. La primera derrota de Hiddink parecía cerca, y más viendo que su equipo no lograba ofrecer respuesta al doloroso tanto del argentino. Pero, al parecer, ese gol en el descuento no parecía estar a la altura del loco segundo tiempo que se pudo presenciar en Stamford Bridge y Terry, tras un balón colgado a la desesperada y en claro fuera de juego, ponía, de tacón, el 3-3 en el marcador y se resarcía de su gol en propia meta. Locura final y pitido del árbitro para acabar con unos segundos 45 minutos de museo.

El Chelsea volivó a mostrar, en algunos tramos, ese fútbol pobre y estéril que ya condenó a Mourinho pero también tuvo los que probablemente hayan sido sus mejores minutos de la temporada hasta el momento con un Fábregas vital en el centro del campo. Por su parte, el Everton logró hacer daño a la contra pero, por raro que parezca, hoy no encontró a Lukaku y acabó pagando sus puntuales errores defensivos. Al final un punto para ambos que sabe a poco tras el recital del segundo tiempo y que deja a los de Hiddink con 6 puntos de ventaja sobre el descenso y al Everton un poco más lejos de Europa.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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