El Arsenal naufraga ante un Mónaco letal

Partido muy movido (1-3) entre dos equipos que sobre el papel parecían diferentes pero que sobre el campo demostraron que tenían entre ellos una diferencia abismal. El Mónaco, con entrega, supo detener las acometidas de Wenger, que no tuvo la suerte de su parte. Un disparo lejano de Kondogbia que tocó en la espalda de Mertesacker abrió el marcador. El segundo gol francés vino de una contra de Martial que finalizó Berbatov. En los últimos minutos Oxlade recortó con un golazo aunque en el añadido Ferreira-Carrasco sepultó las esperanzas inglesas

Hoy hemos vuelto a contemplar en primera persona como a Arsene Wenger se le atraganta Europa. El año que mejor emparejamiento tenía, con un Mónaco a priori más débil, le permitía soñar con rondas superiores, aunque lo que iba ser un paseo se convirtió en una auténtica pesadilla. Los gunners no encontraron nunca su sitio dentro del planteamiento de Jardim. El técnico portugués plagó de trampas su campo, con continuos 2-1 frente a los jugadores ingleses, que no supieron resolver. La labor encomiable de Kondogbia, Fabinho y de un omnipresente Moutinho dificultó la salida y creación de los londinenses. Y eso que los locales comenzaron muy fuertes, con Cazorla como creador y Welbeck y Giroud como destinatarios de todos los balones del asturiano. El francés quizá jugó uno de sus peores partidos con la zamarra rojiblanca, llegando tarde a todos los balones, rematando fuera lo infallable.

Con la segunda mitad encaminándose a su fin, ambos equipos se dedicaron a esperar el error del contrario, con más posesión para los chicos de Wenger aunque nada efectiva. Y así, con este escenario, Geoffrey Kondogbia disparó desde muy lejos tras recibir un pase sencillo de Moutinho. El trallazo del francés dio en la espalda de Mertesacker, variando su trayectoria e introduciéndose en la portería de un Ospina que nada pudo hacer. Los gunners no se lo creían y se fueron al vestuario conmocionados. Esa conmoción duró hasta el comienzo de una segunda mitad que, sin comerlo ni beberlo, llegó con el segundo gol monegasco. Balón perdido por Bellerín, contra ejecutada con maestría por Martial y gol de Berbatov. 0-2 y el Arsenal claudicando, esperando despertar de la pesadilla. El Mónaco llegaba y llegaba, con un Dirar entregadísimo y un Moutinho que seguía creciéndose y domando el centro del campo, con los ingleses totalmente barridos del mapa. Tras el gol, el Arsenal tuvo dos claras, ambas erradas por milímetros por Giroud y Welbeck. El partido pasaba a fundirse a negro para Wenger, que miraba con desesperación lo que su ex-equipo estaba haciéndole a su Arsenal. El caparazón del Monaco seguía repeliendo jugadas ofensivas, bien por coberturas o con faltas a los jugadores más hábiles locales.

En los minutos finales, Oxlade-Chamberlain, que había entrado por un sobrepasado Coquelin marcó un excelente gol, un disparo con rosca desde la frontal de Subasic que ponía el 1-2 y con ello avivaba las esperanzasa gunners. Aunque en la prolongación, que había sido de 2 minutos aunque nos fuimos hasta el 95, Ferreira-Carrasco, que estaba fresco, mataba al Arsenal a la contra, que tendrá que marcar 3 goles si quiere pasar de ronda. Colosal empresa la que se le viene a Wenger.

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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