Horrible partido de los de Wenger (2-0) que sucumbieron frente a un Napoli entregado desde el minuto uno de partido. Higuaín marcó el primero, que clasificaba virtualmente a los de Benítez, pero el gol del Dortmund los apeó de los octavos. Callejón en el último suspiro marcó el segundo, ya sin tiempo.
El Arsenal fue de visita turística a Nápoles. La capital de la Campania fue un bonito destino para los gunners, que parece que más que a jugar al fútbol fueron a descansar. Les valía con empatar y que el Dortmund no ganase. Si marcaban pasaban primeros. Pues bien, todo del revés. Perdieron y ganó el Dortmund. Ahora pasan de segundos, enfrentándose a los cabeza de serie. Sin duda un gran quebradero de cabeza para Wenger, que falló en planteamiento y en motivación. El Arsenal chutó una sola vez entre los tres palos. Así poco se puede hacer.
Giroud aislado, Özil errático y el resto desaparecidos. Solo Flamini dio la cara por los gunners, estando omnipresente en tareas defensivas y sacando el balón. El Napoli necesitaba marcar fuese como fuese y aunque Higuaín fallaba, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. La primera parte, y aquí ha que decirlo bien claro, la dominó el Arsenal en estático. Su posición en el campo provocaba fallos de precisión entre los jugadores napolitanos, que se desesperaban, ya que en San Paolo anunciaba la megafonía que en Marsella, Olympique y Dortmund empataban a uno. La primera mitad terminó como empezó y el Arsenal se iba contento.
La segunda mitad empezó de manera fulgurante, con el Napoli encerrando a los londinenses en su campo, que apenas manejaron el balón en campo italiano. La justicia futbolística llegó cuando en el 73' una excelente jugada entre Armero y Callejón desembocó en un remate de auténtico killer de Gonzalo Higuaín. El Pipita lo celebró con la rabia que le caracteriza y daba al Napoli la clasificación en ese instante. Pero poco iba a durar la alegría cuando marcó el 1-2 los alemanes, dejándoles fuera del Champions. En el último minuto, Callejón batió de vaselina a Szczesny para poner el 2-o, aunque ya era tarde. Los italianos cayeron con honor en su casa, con un público entregado y agradecido a los suyos por el esfuerzo. El Arsenal estuvo en el campo sin pena ni gloria. Wenger no tiene motivos para estar contento, más aun perdiendo la primera plaza del grupo.
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