Matic

El United gobierna en el caos

El United remontó un partido de locos en Selhurst Park (2-3). Los 'eagles' comenzaron mandando y atascando a su rival gracias a los tantos iniciales de Townsend y Van Aanholt, pero los de José Mourinho apelaron a la casta y terminaron encontrando recompensa en un segundo tiempo alborotado. Smalling, Lukaku y Matic, que marcó un gol soberbio en el descuento, culminaron una heroica tremendamente cruel que no mereció el Palace. Los 'red devils' vuelven al segundo puesto.

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A falta de fútbol, no queda otra que poner corazón. No le faltó de lo segundo al United, que tuvo que llevarse dos correctivos para espabilar en Selhurst Park. No dejar de creer no siempre garantiza el éxito porque el Palace creyó tanto o más hasta que Matic soltó la bomba nuclear en el 91'. Sonrisas y lágrimas en cantidades industriales tras el pitido final. No podía ser de otra manera.

El Palace le hacía el campo diminuto al United. Le costaba un mundo triangular a los de Mourinho, que decidió juntar al joven McTominay con Pogba y Matic en la zona media. Mientras prácticamente ningún 'red devil' pasaba del aprobado, Townsend se atrevía con todo. Su sensacional tanto pasados los 10 minutos catapultó la confianza del ex del Tottenham. No es que el United no pusiera empeño en inquietar al Palace, pero si el portero al que tienes que batir no hace paradas significa que el cometido está lejos de cumplirse. 

Con la necesidad de encontrar alternativas con urgencia, McTominay se quedó en la caseta ante la amenaza de una amarilla que recibió por un derribo a destiempo a Van Aanholt. El lateral holandés justamente iba a aprovechar una empanada mayúscula de Valencia, que no recuperó el sitio en una falta rápida que le cedió Schlupp y engañó como un goleador a De Gea. Apenas le dio tiempo a Mourinho de jurar en arameo, ya que Smalling metió a su equipo en el partido pocos minutos después aprovechando que Tomkins clavó su posición en el área.

No eran todo malas noticias para un United que se espoleó rápido con el tanto a favor y que además incorporó a Rashford en ataque con un abismo de tiempo aún por disputarse. Tras un par de salidas en las que puso el corazón de Selhurst Park en un puño, Hennessey se apretó bien el mono de trabajo en un disparo con música de Pogba. Fue solo un soplido de toda una ventisca general.

El encuentro entró en modo ruleta rusa y sucedió de todo. Un balón que le sacaron en la línea a Matic y nuevas salidas en falso de Hennesey fueron precedentes emocionantes al empate de Lukaku que se tornó inevitable para el guión. Lo merecía el United, al menos por empeño. La aceleración a nivel exponencial de los 'red devils' contagió al Palace que, lejos de amedrentarse, compartió con su rival el objetivo de buscar la victoria. Que se lo digan si no a De Gea, que tuvo que lucirse como pocos metas pueden ante un cabezazo meritorio de Benteke.

Lukakuu

Con el Palace evadido de complejos y convencido de que tenía que morir en la orilla, el United ejerció de grande y le acabó rematando. Matic tenía guardado un misil final que explosionó el buque de Roy Hogdson y que devuelve la segunda posición a los suyos. Mal mayúsculo, por otro lado, para un Crystal Palace que tuvo todo el botín en sus manos pero terminaron arrebatándoselo con arma de fuego. Para que esta competición sea tan excepcional, a unos les toca llenarse de júbilo y a otros derrumbarse sin consuelo. Los que podemos disfrutarlo neutralmente, simplemente tenemos que estar eternamente agradecidos.
 

Ficha técnica:

Crystal Palace: Hennessey; Wan-Bissaka, Tomkins, Kelly, Van Aanholt; McArthur, Milivojevic, Schlupp (Riedewald 79'), Townsend; Benteke y Sorloth.

Manchester United: De Gea; Valencia (Shaw 66'), Lindelof, Smalling, Young (Mata 66'); Matic, McTominay (Rasford 46'), Pogba, Lingard, Alexis y Lukaku.

Goles: 1-0 min.11 Townsend; 2-0 min.47 Van Aanholt; 2-1 min.54 Smalling; 2-2 min.75 Lukaku; 2-3 min. 90+1 Matic.

 

Twitter: @ProyectoPremier / @velooci

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Antonio Portillo

El fútbol inglés, desde su génesis, exhibe propiedades que lo hacen único y seductor. De generación en generación se transfieren valores que enamoran desde la esencia misma del juego: la pasión. Como un orfebre que labra metales, la cultura futbolera inglesa enlazó hitos preciosos a lo largo de su historia.

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